El Informe Mundial sobre Ciencias Sociales 2016, titulado Afrontar el reto de las desigualdades y trazar vías hacia un mundo justo, se presentó el 22 de septiembre en la Real Academia Sueca de Ciencias, en Estocolmo.
El Informe señala las lagunas que persisten en materia de datos sobre las desigualdades en diferentes partes del mundo y aboga por una investigación más robusta de la relación entre la desigualdad económica y otras formas de desigualdad, por ejemplo, de género, educación y salud.
El Informe Mundial sobre Ciencias Sociales contiene contribuciones de más de cien expertos, supervisadas por un comité científico consultivo formado por académicos destacados de todas las regiones, entre ellos el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz. El informe, preparado por el Consejo Internacional de Ciencias Sociales (CICS) en cooperación con el Instituto de Estudios para el Desarrollo (Reino Unido), ha sido coeditado por la UNESCO.
“Los gobiernos, empresas, dirigentes de la sociedad civil y ciudadanos del mundo entero siguen teniendo presente el problema que representan el aumento de la desigualdad y la manera en que ésta se debe abordar. La reducción de la desigualdad es ante todo una cuestión de equidad y justicia social. Es también fundamental para erradicar la extrema pobreza, impulsar las transformaciones propicias para el desarrollo sostenible, promover el progreso social, reducir los conflictos y la violencia, y fomentar una gobernanza inclusiva”, dice el Informe.
Aunque entre 1992 y 2013 se quintuplicó el número de estudios sobre desigualdades y justicia social en publicaciones académicas, numerosos estudios prestaron poca atención a las desigualdades que van más allá de los ingresos y riqueza, tales como la salud, la educación y el género, indica el Informe, que identifica siete dimensiones de la desigualdad: económica, política, social, cultural, ambiental, territorial y cognitiva*. Su interrelación crea círculos viciosos de desigualdad que se transmiten de generación en generación.
“Este informe es una llamada de atención. Colmar la brecha existente en materia de investigación sobre las desigualdades es vital para hacer realidad la ambición transversal contenida en la Agenda 2030, una transformación que ‘no deje atrás a nadie,” dijo la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova.
El Informe aboga también por una mayor cooperación entre disciplinas, fronteras geográficas y campos de investigación para ayudar los gobiernos desarrollar políticas más eficaces que den como resultado sociedades más inclusivas. Para ello es vital fomentar las redes internacionales, las fuentes de datos abiertos, el acceso abierto a las publicaciones y el software libre.
“Necesitamos más y mejores estudios de largo aliento sobre las desigualdades, que continúan menoscabando nuestra capacidad para abordar otras prioridades globales. Necesitamos avanzar hacia una agenda de investigación interdisciplinaria, multiescala e inclusivo a escala mundial,” declaró Mathieu Denis, Director Ejecutivo del CICS.
El informe destaca que la mayoría de los estudios de ciencias sociales sobre las desigualdades se realizan en países industrializados, donde, a diferencia de los países en desarrollo, existen datos fiables. Entre 1992 y 2013, América del Norte y Europa Occidental publicaron más del 80% de los estudios de ciencias sociales y humanas sobre desigualdades y justicia social, siendo sus autores sobre todo economistas, psicólogos y sociólogos. Según el Informe, el África Subsahariana y América Latina contribuyeron respectivamente con un 3 y 2% de esos estudios.
El estudio sobre el aumento de las desigualdades demuestra también que 1% de la población posee casi la mitad de la riqueza de los hogares y que los 62 individuos más ricos del planeta tienen tanta riqueza como la mitad de la población mundial.
Los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas adoptaron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en septiembre de 2015, un proyecto global para terminar con la pobreza, hacer frente a las desigualdades y abordar el cambio climático en el curso de los próximos quince años. El propósito de los ODS, que sustituyeron a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), es mejorar las condiciones de vida, comprometiendo a países ricos y pobres a realizar una serie de objetivo, entre ellos la reducción de la desigualdad.