El derecho de los pueblos indígenas a dar o denegar su consentimiento a proyectos de desarrollo que afecten a sus recursos naturales y formas de vida se ha visto reforzado gracias a un nuevo manual que orienta a los actores del desarrollo en el diseño e implementación de dichos proyectos.
El Manual sobre el consentimiento libre, previo e informado (CLPI) describe las diferentes maneras de garantizar que los pueblos indígenas puedan otorgar o no su consentimiento a las intervenciones propuestas en sus tierras y territorios, y hacerlo sin ningún tipo de coacción, como paso previo a la toma de cualquier decisión, y ofreciéndoles la información necesaria de un modo culturalmente adecuado.
Los pueblos indígenas constituyen el 75 por ciento de la diversidad cultural del mundo y son los custodios de al menos el 80 por ciento de la biodiversidad del planeta. Esta biodiversidad contiene valiosas soluciones a los desafíos alimentarios actuales y futuros, incluyendo los relacionados con el cambio climático.
Sin embargo, sus territorios se han reducido hasta abarcar tan solo un 20 por ciento de la superficie terrestre mundial. La presión creciente de algunas industrias extractivas está colocando a los pueblos indígenas al borde del colapso en algunas zonas del mundo. Una característica común de todas las actuaciones que provocan el desplazamiento forzado y la destrucción de sus recursos naturales es la falta de respeto a su derecho al consentimiento libre, previo e informado.
«De los miles de denuncias que recibimos cada año de los pueblos indígenas en todo el mundo, el 99 por ciento de ellas están relacionadas con el incumplimiento y la falta de aplicación del CLPI. Los resultados son catastróficos para nuestros pueblos», asegura Álvaro Pop, Presidente del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas.
«Resulta sorprendente que en el siglo XXI comprobemos que existen derechos diferentes para los diferentes seres humanos. Ninguno de nosotros permitiría que alguien viniera a nuestra casa y comenzase cualquier actividad de cualquier tipo sin nuestro consentimiento. Se trata de una marginación de facto, al diferenciar los derechos de los ciudadanos de primera y segunda clase», afirma Marcela Villarreal, directora de la Oficina para Asociaciones, Promoción y Desarrollo de Capacidades de la FAO.
Hoy en día, hay unos 370 millones de personas indígenas que viven en más de 90 países y hablan 4 000 de los 7 000 idiomas que aún sobreviven. Durante las últimas décadas, han estado afrontando crecientes desafíos relacionados con sus medios de vida, el respeto de sus derechos y sus creencias espirituales, y el acceso a las tierras, los recursos naturales y los territorios.
Aliados en la lucha contra el hambre
«Los pueblos indígenas se sienten arraigados a los recursos medioambientales y naturales de los lugares donde viven, se ven como parte de un mismo sistema y por ello protegen la biodiversidad de su entorno», sostiene Jeffrey Campbell, director del Mecanismo para bosques y fincas de la FAO.
“Conservar la biodiversidad es esencial para la seguridad alimentaria. El patrimonio genético de plantas y especies animales no se halla en los centros de investigación agronómica, sino más bien en los laboratorios de la vida: bosques, ríos y lagos, y pastos”, añade Campbell.
Los sistemas alimentarios de los pueblos indígenas pueden ayudarnos al resto de la humanidad a ampliar nuestra base alimentaria, actualmente reducida y basada únicamente en un pequeño grupo de cultivos básicos.
Además, protegiendo los recursos forestales, muchas comunidades indígenas también ayudan a mitigar los efectos negativos del cambio climático.
Por ello, los pueblos indígenas son aliados claves en la lucha contra el hambre y la malnutrición.
«Si bien somos los que menos hemos contribuido al cambio climático, somos nosotros quienes más lo padecemos. En el Ártico, hemos empezado a hablar del derecho al frío a medida que el deshielo desplaza a más y más comunidades de sus hogares ancestrales”, advierte Carol Kalafatic, una de las autoras del manual sobre el CLPI.
Consentimiento libre, previo e informado
El manual –elaborado tras un año de consultas con diversos pueblos indígenas– subraya el derecho intrínseco de los pueblos indígenas a la autodeterminación, consagrado en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y en el derecho internacional.
Un elemento fundamental es la capacidad de dar o denegar el consentimiento para cualquier proyecto de desarrollo propuesto. Por ejemplo, el de una ONG para el diseño de intervenciones de emergencia tras un desastre natural, o el de un gobierno que quiera ofrecer una concesión minera en territorios indígenas.
Este nuevo manual –presentado por Daniel Gustafson, Director General Adjunto de la FAO, y Álvaro Pop, Presidente del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas- es fruto de un año de colaboración entre la FAO y diversas organizaciones asociadas como Ayuda en Acción, Acción contra el Hambre, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ), la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) y World Vision.
El trabajo describe los pasos fundamentales que deben seguirse en el curso de un proyecto de desarrollo, desde la identificación de las comunidades que deben ser consultadas al intercambio de resultados una vez concluido el proyecto.
A lo largo del proceso, las directrices prestan especial atención a la inclusión de los líderes tradicionales, las mujeres y los jóvenes en las consultas y la toma de decisiones.
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