Según informaron a Efe fuentes de la negociación, países en desarrollo, entre los que figuran Bolivia, Nicaragua, India, China o los países petroleros del Golfo querrían “guardarse un as en la manga para renegociar las reglas del Acuerdo de París dentro de un año”, cuando ya tengan clara la postura que adopta el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Estos países se niegan por tanto a cerrar un calendario de trabajo para pactar el paquete de reglas del acuerdo entre ahora y 2018, como estaba previsto hacer en Marrakech, y plantean dejarlo abierto, algo que rechazan de plano los países desarrollados, incluido Estados Unidos (todavía con la Administración Obama en la COP22), así como muchas naciones en desarrollo.
Entre los temas fruto del desacuerdo de los países en estos momentos está el Fondo de Adaptación a las consecuencias del cambio climático, un mecanismo del Protocolo de Kioto que expira en 2020 y al que los países en desarrollo quieren dar continuidad en el Acuerdo de París, que comenzará a funcionar precisamente a partir de ese año.
Casi ningún país se opone a que ese fondo, que a día de hoy se alimenta de donaciones de los países, continúe existiendo a partir de 2020, pero los países en desarrollo exigen que se concrete ya cómo se va a incorporar al Acuerdo de París y de dónde va a recibir el dinero, algo para lo que muchos países piden más de tiempo para decidir.

Hoja de ruta
Otro de los temas que genera problemas en estos momentos es la adopción prevista en esta cumbre de una hoja de ruta con los pasos a desarrollar para movilizar 100.000 millones de dólares anuales en financiación climática a partir de 2020, tanto para mitigación como para adaptación a los impactos del calentamiento, tal como estaba previsto en el Acuerdo de París.
Estos 100.000 millones de dólares vendría de fondos públicos (mediante ayuda al desarrollo y otras fuentes de financiación), de fuentes privadas y de otras fuentes, fundamentalmente de los mercados de carbono.
Hasta el momento las contribuciones públicas prometidas para llegar a esa cifra alcanza casi 70.000 millones.
La hoja de ruta se ha desarrollado fundamentalmente partiendo de un documento elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) finalizado por Reino Unido y Australia.

Y precisamente por contar con esa visión tan de países desarrollados ha levantado las suspicacias de los en desarrollo.

Reducción emisiones
Otro punto de fricción es la negociación de un marco común de tiempo de presentación de compromisos nacionales de reducción de emisiones.
Los primeros compromisos presentados para el Acuerdo de París tienen marcos temporales diferentes según el país, unos son de cinco años, otros de diez, otros de siete etc.