Una nueva guía de la FAO pretende proteger un estilo de vida móvil y sostenible

25 de noviembre de 2016, Roma – Asegurar unos derechos de tenencia de la tierra adecuados es un paso importante para mejorar la seguridad alimentaria de millones de personas en los países en desarrollo, pero preservar esta tenencia no es tarea sencilla si consideramos la forma en que utilizan la tierra las comunidades de pastores.

Más de 500 millones de personas en el planeta dependen de la cría de ganado, conduciendo a menudo sus animales a través de diferentes tipos de paisajes para llegar a las fuentes de agua y a los pastizales y huir de la sequía, las enfermedades animales y los conflictos civiles. Para responder a las necesidades intrínsecamente más complejas de los pastores, muchos de los cuales dependen de abarcar vastos territorios de manera oportunista, la FAO, con el apoyo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y de su Comisión de Derecho Ambiental y la Comisión de Política Ambiental, Económica y Social, han elaborado una guía técnica pero accesible sobre cómo establecer acuerdos de tenencia viables para pueblos a menudo marginados que utilizan alrededor de un tercio de la superficie terrestre.

Mejorar la gobernanza de las tierras de pastoreo forma parte de una serie de publicaciones que informan sobre la implementación de las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional, una iniciativa de gran envergadura cuya aprobación a nivel mundial en 2012 fue una iniciativa gestionada por la FAO.

Los pastores de todo el mundo llevan a cabo una amplia variedad de prácticas y abarcan muy diversas culturas en entornos tan diferentes como Mongolia, Níger, España, Kenya, Noruega y los Estados Unidos de América. Los pastores habitan áreas de pastizales, muchas de las cuales son áridas o semiáridas, y emplean una estrategia de medios de vida muy adaptable que resulta poco comprendida desde fuera. Su adaptabilidad se basa en derechos de acceso que a menudo chocan con la interpretación clásica de los derechos de propiedad.

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