En redes sociales, medios y en la misma literatura científica se han escrito ciento de contenidos sobre el cambio climático, un fenómeno que está transformando a los ecosistemas del mundo. Sin embargo no todas las ideas que se han popularizado acerca de sus efectos y su origen resultan ser ciertas o exactas.
Estas son algunas de las mentiras que muchas veces se creen verdades:
1. “El cambio climático es un invento de los chinos”
Este fue el trino del electo presidente de Estados Unidos, el segundo país que más emite gases efecto invernadero. Foto: Tomada de Twitter.
Aunque no es un “cuento chino”, varios líderes y personalidades del mundo han asegurado que el cambio climático es solo un discurso para evitar que sus economías se sigan desarrollando con base en el carbón y el petróleo. Sin embargo, el trabajo de distintos grupos de investigación, y especialmente del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), ha ratificado que efectivamente la temperatura del planeta viene aumentando desde mediados del siglo pasado, lo que trae, entre otras consecuencias, el deshielo de los polos, el aumento del nivel del mar, el cambio en la agricultura, la extinción de especies y el desplazamiento de poblaciones humanas.
2. “El Niño y La Niña son culpa del cambio climático”
Los fenómenos de El Niño (que en nuestro país se presenta con aumento de la temperatura y menos lluvias) y La Niña (que conlleva más precipitaciones en Colombia) se han registrado desde hace varios milenios en el planeta. Son procesos naturales que se dan cuando se enfría o calienta el océano Pacífico y hay una sincronía con las condiciones de la atmósfera. En lo que sí coincide la comunidad científica es en que ya hay evidencia de que con las nuevas temperaturas, tanto El Niño como La Niña pueden ser más intensos e incluso más frecuentes.
3. “El cambio climático es natural. No hay nada que se pueda hacer”
El cambio climático no es natural. El planeta siempre ha estado en constante cambio, por eso ha vivido épocas como las glaciaciones; sin embargo, lo que vivimos hoy no responde a un fenómeno de la naturaleza, sino que es consecuencia de las acciones humanas. ¿Por qué? Con la industrialización del siglo XIX y el ritmo al que ha vivido el mundo desde entonces el consumo de combustibles fósiles (por ejemplo el petróleo, el carbón o el gas natural) ha generado mayores emisiones de gases efecto invernadero, lo que a su vez ha derivado en el calentamiento global.
Y sí, hay mucho por hacer. Apostarles a energías renovables, como las fuentes solares y eólicas, frenar la deforestación, exigirles a los gobiernos cambios en sus políticas de hidrocarburos y disminuir los ritmos de consumo, entre otras acciones, son el camino para “enfriar” al planeta.
4. “El cambio en el clima se verá en un futuro lejano. No me va a tocar a mí o a mis hijos”
Cuando empezó a hablarse del cambio climático hacia los años 70, se creyó que era un fenómeno que ocurriría en varios siglos. Pero no ha sido así. El 2015 se convirtió en el año más caliente de la historia desde que se tienen registros (1881) y el 2016 le sigue los pasos: cada uno de sus meses ha marcado como el más caliente. La evidencia más visible es que la superficie de hielo en el Ártico alcanzó su mínima extensión en 37 años.
Y no solo se trata de la triste escena de un oso polar en medio del deshielo. Ya Naciones Unidas ha calculado que desastres relacionados con el clima, como las inundaciones y las ondas de calor, ocurrieron casi a diario en la última década, dos veces más a menudo que hace 20 años.
5. “Todos los desastres ambientales son consecuencia del cambio climático”
Es fácil responsabilizar a algo inmaterial como el cambio climático de los problemas que enfrenta la Tierra. Sin embargo, este fenómeno no puede convertirse en el comodín de gobiernos y empresas para no enfrentar otras crisis ambientales. Por ejemplo, que un municipio se vea afectado por la creciente súbita de un río podría deberse al hecho de que no se respetaron los límites de los humedales al construir casas e infraestructura; aun así hay quien le echa la culpa al cambio climático de que los afluentes estén más propensos a tales aumentos.
6. “Que una ciudad aumente su temperatura en 2° es muy poco. No es un gran problema”
Que una ciudad aumente su temperatura en un par de grados podría ser positivo para quienes no se sienten cómodos con el clima frío. Sin embargo, la variación, así sea mínima, impacta actividades claves, como la agricultura. Es importante aclarar que con el cambio climático no todas las regiones sufrirán un aumento en su temperatura, otras, por ejemplo, podrán tener regímenes de lluvia más fuertes.
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