Roger Federer se proclamó campeón del Abierto de Australia 2017 al batir por 6-4, 3-6, 6-1, 3-6, 6-3 en tres horas y 40 minutos al español Rafael Nadal en la pista Rod Laver Arena de Melbourne Park.
El suizo, que volvió a ganar un grande cuatro años y medio después, se rehizo en Melbourne para mandar un mensaje claro: selló con 35 años su quinto título sobre las pistas de Australia, levantó su decimoctava copa del Grand Slam y, desafiando al paso del tiempo , se convirtió en el campeón de un major más veterano de los últimos 45 años.
Un triunfo que sirvió para alimentar las fuerzas del suizo en una rivalidad histórica del ATP World Tour: Roger recordó lo que es batir al español en una final de Grand Slam (algo inédito desde Wimbledon 2007), remarcó su dominio en duelos por la copa fuera de la tierra batida (donde gobierna por 6-3 el historial de choques ante el español) y maquilló el balance de enfrentamientos ante el jugador de Manacor (ganando sus últimos dos duelos hasta poner el 12-23 en el FedEx ATP Head2Head entre ambos).
En definitiva, una página dorada para el deporte. Un día, también, para el recuerdo del jugador suizo, convertido desde este 29 de enero con sus 18 coronas en un líder todavía más claro como jugador más títulos de Grand Slam de todos los tiempos. Así, y tras dejar a cuatro majors de distancia a sus más inmediatos perseguidores (Rafael Nadal y Pete Sampras, ambos con 14) el suizo gira la cabeza y encuentra más tierra de por medio con la vitrina más poblada de todas. La historia continúa…