Las nevadas de las últimas semanas han dejado el Pirineo totalmente blanco, para alegría de esquiadores, estaciones y sector turístico. Un segundo tramo de temporada de ensueño. Ante este panorama, alguien como Donald Trump preguntaría desafiante: “¿Dónde está ahora el cambio climático?” Y la respuesta no podría ser otra que “Aquí sigue”. Y no solo eso, sino que se revela como una amenaza de futuro para una actividad como el esquí, tal y como queda reflejado en el ‘Tercer informe sobre el cambio climático en Catalunya’ (TICCC), presentado esta semana por la Generalitat de Catalunya y que es fruto del trabajo de más de 140 expertos.
Entre muchos otros aspectos, el informe confirma que el sector de la nieve en Catalunya muestra “una importante vulnerabilidad” ante el calentamiento global, especialmente porque se considera que la nieve no estará garantizada en el Pirineo por debajo de los 2.000 metros. El estudio trabaja en un escenario de aumento de la temperatura media cara al 2050 y prevé diversas posibilidades. No obstante, a día de hoy, ya considera que hay tres estaciones en una situación crítica: Espot Esquí, Port Ainé y Port del Comte.
Si la temperatura sube dos grados, que es la proyección más probable, estas tres estaciones no serían ni siquiera viables con los cañones. El resto sí, aunque necesitarían en gran medida la producción de nieve para garantizar unas condiciones adecuadas, siempre y cuando hiciera el frío suficiente.