El choque se inició con sorpresa desde la comunicación de las alineaciones. La duda entre Lucas Vázquez o Isco en el conjunto blanco se resolvió inesperadamente a favor de James Rodríguez y con el colombiano sobre el tapete arrancó con brío el Madrid, disfrutando de la primera ocasión de gol Benzema en el primer minuto de juego.
El ritmo de los primeros compases fue vibrante. El balón se movía a ritmo de vértigo con un Madrid más profundo que su rival, pero fue el Nápoles el que golpeó primero por medio de Insigne en el minuto 8. Recuperación rápida, Keylor Navas fuera de sitio y el internacional italiano le supera muy astuto con un disparo colocado desde 35 metros..
Sin embargo, el golpe partenopeo no tumbó al campeón de Europa. El equipo de Zidane siguió jugando igual y la recompensa le llegó en el minuto 18 tras un excelente remate de cabeza de Benzema a centro de Dani Carvajal. La euforia visitante se rebajó y la eliminatoria volvió a la casilla de salida.
El Madrid llevaba el peso del juego pero el Nápoles no perdía un ápice de su peligrosidad. Los blancos generaban más ocasiones y sobre todo inquietaban mucho con el juego aéreo, pero el Nápoles supo sufrir en los momentos más brillantes del equipo de Zidane, incluido un remate de Benzema que acabó estrellándose en la base del poste, antes del descanso.
Pero tras el entreacto el Madrid no perdonó. Una jugada excelente de Ronaldo por banda derecha desembocó en un centro medido del luso que Kroos no desaprovechó para adelantar a su equipo. El campeón de Europa fue superior en la primera parte y la segunda le premió rápido… y por partida doble.
En el minuto 49 había marcado Kroos y en el 54’ Casemiro enganchó de primeras un balón en la frontal ante el que nada pudo hacer Pepe Reina. Golazo para el brasileño y partido cuesta abajo para los locales mientras las caras de Maurizio Sarri y sus hombres se iban ensombreciendo minuto a minuto ante el empuje blanco.
Pudo dar oxígeno al equipo de San Paolo Mertens con una gran ocasión en el interior del área del Madrid, pero su remate se marchó alto entre los gritos de frustración de los aficionados visitantes. Un espejismo en un partido en el que Madrid jugueteaba con la opción de matar la eliminatoria mientras se despistaba en ocasiones atrás dejando excesivos espacios a los rápidos delanteros del Nápoles.
En los últimos compases, el equipo de Zidane apenas pasó problemas y de hecho, Marcelo pudo sentenciar casi la eliminatoria con el cuarto de los blancos. Su tiro se fue desviado.