Los Estados Unidos de América han sido el último país en sumarse al Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, un instrumento pionero que pretende fortalecer la seguridad alimentaria mundial promoviendo la conservación y el uso compartido y sostenible de los recursos fitogenéticos agrícolas.
El Director General de la FAO, José Graziano da Silva y el Encargado de Negocios interino de la Embajada de los Estados Unidos en Roma, Thomas M. Duffy, celebraron la entrada en vigor del tratado para los Estados Unidos durante una ceremonia en la sede en Roma del Organismo de la ONU.
“Los Estados Unidos esperan trabajar con las partes interesadas y sus socios internacionales para continuar fortaleciendo el Tratado para conservar los recursos necesarios para la productividad agrícola, la resiliencia y la seguridad alimentaria”, señaló Duffy.
“Aplaudimos la entrada de los Estados Unidos de América y esperamos que a medida que nuevos países se unan al Tratado Internacional, el mayor intercambio de material y el flujo de beneficios resultantes de su uso se traduzca en un mayor apoyo a los agricultores locales de los países en desarrollo que conservan semillas y otro material de siembra”, aseguró por su parte Graziano da Silva.
“La biodiversidad puede ayudarnos a hacer frente a los impactos del cambio climático. Debemos garantizar que los agricultores tengan acceso a las semillas y promover y apoyar programas de mejoramiento en diferentes regiones para encontrar la mejor manera de adaptarse. Ese es el principal objetivo del Tratado de la FAO”, añadió el Director General de la FAO.
Estados Unidos depositó oficialmente su certificado de adhesión al tratado con la FAO hace tres meses, con lo que comenzó la cuenta atrás de tres meses para su entrada en vigor en el país.
Otros cinco países -Argentina, Bolivia, Guyana, Tuvalu y Chile- pasaron a ser recientemente partes contratantes activas del Tratado. Y Antigua y Barbuda también ha depositado su certificado de adhesión, y por lo tanto está a punto de serlo a mediados de 2017.
La adhesión de los Estados Unidos da un nuevo impulso al repositorio genético
La pieza central del Tratado es su “Sistema Multilateral” que facilita el acceso a una colección de recursos fitogenéticos de carácter mundial, destinados exclusivamente a la investigación, el mejoramiento y la capacitación- y que incluye medidas para asegurar el reparto justo y equitativo de cualquier beneficio financiero que se obtenga.
El Sistema Multilateral se aplica actualmente a 64 cultivos alimentarios, forrajeros y para el pastoreo conservados por los Centros Internacionales de Investigación Agrícola o bajo la dirección y control de los gobiernos nacionales y en el dominio público. Los que accedan a los materiales deben pertenecer a las naciones que ratifican el Tratado y deben aceptar usar los materiales solamente para propósitos de investigación, mejoramiento y formación.
Como mayor colección del mundo de material fitogenético, el Sistema Multilateral abarca ahora más de 1,5 millones de “accesiones” de cultivos -muestras de plantas, semillas o variedades de cultivos o poblaciones mantenidas en bancos de germoplasma o en programas de mejoramiento genético. Desde 2007, el sistema ha transferido 3,2 millones de estas accesiones para actividades de investigación y mejoramiento.
Los Estados Unidos tienen algunos de las mayores y mejor documentados bancos de germoplasma públicos en el mundo, con más de 576 600 accesiones de cultivos documentados a su nombre. Éstos estarán ahora mucho más disponibles en el marco del Sistema Multilateral del Tratado.
El acceso al material genético disponible en el patrimonio génico mundial es fundamental para que investigadores y agrónomos puedan desarrollar nuevas variedades agrícolas con mayores valores nutricionales, más resistentes a las plagas, enfermedades y presiones ambientales, y que den mejores rendimientos.
De hecho, gran parte de los aumentos en el rendimiento de los cultivos logrados en las últimas décadas se debe a nuevas variedades de semillas mejoradas desarrolladas a través de programas de investigación y mejoramiento.
Compartir la riqueza
El Tratado impide que cualquiera que acceda a los recursos genéticos del Sistema Multilateral pueda reclamar derechos de propiedad intelectual sobre esos recursos en la forma en que los recibió y garantiza que el acceso a los recursos ya protegidos por los derechos de propiedad internacional sea compatible con la legislación internacional.
Y según el Fondo de Distribución de Beneficios del Tratado, quienes comercializan plantas obtenidas con material del Sistema Multilateral, deben pagar una parte de sus beneficios a un fondo fiduciario destinado a apoyar los esfuerzos para ayudar a los países en desarrollo a mejorar la conservación y el uso sostenible de sus recursos fitogenéticos.
Hasta la fecha, el Tratado ha pagado cerca de 20 millones de dólares EEUU a través del Fondo para ayudar a un millón de agricultores a anticiparse al cambio climático a través de 61 proyectos en más de 55 países en desarrollo. En la ejecución de estos proyectos han participado más de 220 organizaciones de la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales, universidades, bancos de germoplasma, institutos de investigación nacionales e internacionales, grupos comunitarios rurales y organizaciones de productores.