Por Jèssica Martorell.- Seis kilos de plástico a la semana a cambio de un seguro médico para un niño durante un año. Este trueque ofertado por una empresa está sirviendo para acabar con los miles de kilos de basura que se amontonan en las calles de Tanzania.
En un país con una producción diaria de unas 4.000 toneladas de basura, el 40 % de la cual es plástico, el tanzano Christian Mwijage decidió emprender un negocio que está sirviendo para concienciar a la sociedad sobre el cuidado del medio ambiente.

Medicina a cambio de basura
También está mejorando el bienestar en un país donde la sanidad no es gratuita y las familias más humildes no pueden afrontar los gastos médicos más básicos, lo que provoca que muchos niños mueran por enfermedades prevenibles.
“Creemos que la basura puede tener un impacto positivo en la comunidad”, asegura a Efe Mwijage, director ejecutivo de EcoAct, empresa que ha ganado el premio anual de emprendimiento del Foro de Finanzas e Inversión en África (AFIF, en sus siglas en inglés).
El intercambio se produce tras llegar a un acuerdo con las familias, que recogen los residuos de plástico de las calles de los asentamientos informales. Posteriormente, un equipo de EcoAct los retira y procesa para convertirlos en madera plástica.

A cambio de una aportación de seis kilos de plástico a la semana, la empresa proporciona un seguro médico para uno de los niños de la familia durante un año. Si consiguen recoger más residuos tienen la posibilidad de extender la cobertura médica a otros menores.
También existen puntos de recogida en diferentes barrios de Dar es Salam, donde grupos de mujeres y jóvenes colaboran en la recolección de residuos.

Buena acogida entre la población
La iniciativa, puesta en marcha en los últimos meses, está teniendo buena acogida entre la comunidad, por lo que ahora intentan buscar más inversión para crecer y ofrecer este intercambio a muchas más familias que ya han mostrado su interés, explica Mwijage.
De está manera, destaca, se está cambiando la actitud de la comunidad con el medioambiente y mejorando la gestión de los residuos para lograr la eliminación del plástico de las calles del país.
Toda esta basura tiene una segunda oportunidad más respetuosa con el entorno al transformarla en madera plástica, un material de construcción y fabricación de muebles de alta durabilidad.
“Es un producto alternativo a la madera fuerte, más duradero, más barato y sostenible a nivel medioambiental con el que se podría sacar beneficios mientras se ayuda a salvar los bosques de Tanzania”, insisten desde EcoAct.

Fabricación de mobiliario para centros de educación
Otro de los proyectos que han puesto en marcha es el “Green Learning” (Aprendizaje verde, en inglés), con el que pretenden fabricar pupitres con este material reciclado para distribuirlos por las aulas del país, donde gran parte de los alumnos estudian sentados en el suelo.
“El Gobierno ofrece desde el año pasado educación secundaria gratuita. Ahora hay muchos estudiantes en el país pero no tienen donde sentarse”, asevera Mwijage.
Cerca de 95 millones de niños no tienen acceso a pupitres en las aulas en África Subsahariana, lo que influye en su rendimiento y concentración, según datos de esta empresa.
Con escritorios y sillas donde poder sentarse, los alumnos pueden sentir la “dignidad” y la “inspiración” necesaria para desarrollar sus mentes, nutrir sus talentos y convertirse en ciudadanos responsables en la comunidad.

Después de haber vendido algunos de estos económicos pupitres, Mwijage explica que ahora negocian con el Gobierno tanzano para abastecer con estos productos a las escuelas públicas del país.
“La educación es esencial para construir una comunidad que pueda progresar”, insiste este tanzano, que confía en que la concienciación de las nuevas generaciones permita mejorar la gestión residuos urbanos, uno de los problemas ambientales contra el que luchan la mayoría de las grandes ciudades africanas. EFEverde