En Bélgica arrancó la aventura europea del Celta y en Bélgica puso una histórica pica en Flandes. A sus 94 años de historia el Celta de Berizzo, Aspas y compañía hizo historia este 20 de abril de 2017 y alcanzó su primera semifinal en una gran competición UEFA. Lo hizo con sufrimiento y mucha emoción, como mejor saben los éxitos.
Dado lo histórico del partido, ambos equipos comenzaron con mucho respeto, pero no tardaron en desmelenarse para mostrar su verdadera naturaleza, la de dos equipos con personalidad que buscan el área rival. Avisó primero el Genk a través de un cabezazo del tanzano Samatta tras desborde del siempre peligroso Trossard, respondió el Celta con una jugada de pizarra que a punto estuvo de salir perfecta.
A pesar del intercambio de golpes y las continuas alternativas, el paso de los minutos favoreció al Celta, que tuvo las mejores ocasiones del primer tiempo. Primero fue Pione Sisto el que acarició el tanto con un medido disparo desde la frontal que no encontró portería, después fue Beauvue el que exigió lo mejor de Mathew Ryan tras un acrobático remate. El galo había saltado al campo apenas unos instantes antes tras la lesión de John Guidetti.
Tras el paso por los vestuarios, la electricidad de Trossard reactivó al Genk y a su afición, conscientes ambos de que necesitaban un gol en 45 minutos para lograr el pase. Eso les llevó lógicamente a arriesgar más en su planteamiento, lo que permitió al Celta explotar sus virtudes ofensivas, como la ocasión en la que de nuevo Beauvue perdonó la vida a los belgas.
Al final fue una jugada individual la que abrió la lata. Su protagonista fue quizás el jugador más dotado para realizarla: Pione Sisto. El danés agarró el esférico a 40 metros de la portería, pisó el acelerador y enganchó un misil desde la frontal que supo a gloria. La alegría, sin embargo, duró poco, concretamente cuatro minutos, lo que tardó Trossard en aprovechar un error de Cabral para hacer el 1-1 y mantener con vida al Genk.
Los últimos minutos fueron un ejercicio de gestión de la ansiedad, con dos equipos en busca de un histórico pase. El Celta aguantó las embestidas de un Genk al alza y rompió su particular techo europeo para continuar en la élite europea y soñar ahora, por qué no, con su clasificación para la gran final de la Europa League. Se lo ha ganado a pulso.