El campamento de refugiados de Azraq, al norte de Jordania, será el primero del mundo en utilizar una planta de energía solar para satisfacer sus necesidades energéticas, informó este miércoles la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
La planta fotovoltaica está ubicada en una zona desértica caracterizada por tener veranos calurosos e inviernos muy fríos. La instalación proporcionará electricidad a 20.000 refugiados que durante los dos últimos años han tenido un acceso esporádico a la electricidad.
El suministro de energía a coste cero supondrá un ahorro importante para ACNUR, que proveerá asistencia en otras áreas y, además, contribuirá a los objetivos de economía verde del país para el año 2020, al reducir en su fase inicial las emisiones de CO2 en más de 2.000 toneladas al año.
Además, para construir la planta fotovoltaica 50 refugiados fueron contratados y se prevé que algunos de ellos se encarguen de las tareas de mantenimiento.
La financiación del proyecto corrió en su totalidad a cargo de la Fundación IKEA, a través de su campaña Brighter Lives for Refugees (“Ilumina las vidas de los refugiados”) y costó 8,75 millones de euros.