Los defoliantes empleados durante la guerra por EEUU y el descontrol de la industria maderera en los años 80 y 90 dejaron a los bosques de Vietnam en una crítica situación, pero el país ha conseguido en los últimos años conciliar el desarrollo económico con un aumento de la superficie forestal.
Según datos gubernamentales, el 41 por ciento de las tierras vietnamitas están hoy cubiertas de bosques, un crecimiento del ocho por ciento con respecto a 2010 que se explica por los planes de reforestación que el régimen de Hanoi enmarca dentro de su lucha contra el cambio climático.
Phuc Xuan To, analista en Vietnam de la organización estadounidense Forest Trends, considera que este “incremento sustancial” se debe sobre todo a la política de entrega de la gestión de los bosques a la población local.
“Después de la guerra, en los años 70, 80 y 90 las compañías madereras estatales fueron responsables de la deforestación, hasta que el Gobierno devolvió el control de los bosques a los lugareños”, dice.
“Desde los 90 se ha entregado el control de 3,4 millones de hectáreas de bosque a 1,4 millones de hogares. Eso incentiva que se ocupen de ellos porque obtienen beneficios al plantar especies útiles para la industria, como la acacia o el caucho”, explica a Efe Xuan To.
Protección de la selva
Además de esa medida, el Gobierno ha aprobado en los últimos veinte años leyes de protección de la selva y ha perseguido con mayor ahínco la tala ilegal.
“Sabemos que se siguen cortando árboles en selvas protegidas, pero a pequeña escala”, dice Xuan To.
En 1992, la tasa de cobertura forestal bajó a su mínimo histórico, por debajo del 25 por ciento, pero hoy es prácticamente el mismo que antes de la Guerra de Vietnam, cuando las armas químicas empleadas por Estados Unidos, como el llamado Agente Naranja, arrasaron más de 6.000 kilómetros cuadrados de selva tropical.
Sin embargo, Xuan To admite que el valor ecológico de muchos bosques actuales no es el mismo: la estadística no distingue las lucrativas plantaciones de caucho o acacia, con una biodiversidad limitada, de las exuberantes selvas tropicales que sobreviven en algunas regiones.
Según la organización Global Forest Watch, solo el uno por ciento de los bosques de Vietnam son primarios, es decir, que no han sido dañados por el hombre, el 75 por ciento han sufrido talas pero se han regenerado de forma natural y el 24 por ciento son plantaciones.
“Ahora no está permitido convertir zonas de selva en plantaciones, pero en el pasado se ha hecho. Entre 2008 y 2012 el precio del caucho era muy alto y se reconvirtió en plantación de caucho una zona boscosa catalogada de poco valor ecológico en el centro de Vietnam”, relata.
Problemas en los países vecinos
Además de esta flaqueza, los expertos apuntan otro problema: Vietnam ya no destruye sus bosques, pero la avidez de su industria no ha disminuido y afecta a países vecinos como Laos y Camboya, con leyes más laxas.
“Hay razones para pensar que el incremento de la tasa forestal de Vietnam está ligado a la deforestación de Laos y Camboya, pero necesitamos más datos para saber cuál es la magnitud”, dice Xuan To.
Un estudio realizado por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos de 2009 revelaba que el 39 por ciento de la reforestación de Vietnam se veía contrarrestado por talas en otros países y denunciaba las importaciones ilegales de madera para satisfacer la demanda de la industria.
Los datos explican la evolución positiva de los bosques vietnamitas mientras la vecina Camboya sufría en los últimos 25 años una de las deforestaciones más alarmantes del planeta, del 73,3 por ciento de superficie boscosa en 1990 al 53,3 por ciento en 2015.
“Los datos -reza el estudio- sugieren que Vietnam protegió sus bosques y desarrolló su economía exportando su deforestación a los países vecinos”. EFE