El agua es el elemento común «en el centro de todos los grandes desafíos», desde el energético a la crisis alimentaria o el cambio climático, por lo que «necesitamos construir ciudades que convivan y se alíen con esta fuerza de la naturaleza», ha advertido a Efe el experto holandés Henk Ovink.
Considerado una eminencia mundial en gestión de ingeniería y recursos hídricos y embajador de su país en asuntos internacionales de la ONU relacionados con el agua, Ovink ha insistido en que “no es nuestra enemiga” y “no debemos combatirla, sino trabajar con ella”.
Una coexistencia pacífica
En ese sentido, las inundaciones que, según las previsiones más pesimistas, provocaría el aumento del nivel de los océanos con el deshielo de los polos, no le parecen tanto una amenaza como “una oportunidad y un mecanismo de cambio”, como ha demostrado Holanda, un país con el 26 % de su superficie por debajo del nivel del mar que ha sido capaz de mantener una “coexistencia pacífica” con él.
“Los Países Bajos se levantaron sobre un delta con muchos ríos desembocando en nuestras costas y eso nos convirtió en el desagüe de Europa”, lo que, según este experto, ha forzado a sus conciudadanos a desarrollar “una conexión cultural y una actitud proactiva hacia el agua”.
Ello incluye una avanzada organización para hacer frente a la constante amenaza de inundaciones a través de canales y diques, pero también de estacionamientos capaces de absorber precipitaciones extremas o jardines en los tejados de las casas, que ha permitido a los holandeses disfrutar de “la primera democracia acuática”.
Esta particular relación con el líquido elemento evitó que Holanda sufriera las graves consecuencias de las inundaciones de 2016 que afectaron a otros países europeos como Alemania, Austria o Francia, donde “quedó en evidencia la excesiva presión que soportan sus vías fluviales debido a su urbanización e infraestructuras”.
El agua y el cambio climático
En su opinión, existe una “brecha colosal” entre “la amenaza percibida y los efectos reales y tangibles que sobre la gestión del agua tiene hoy día el cambio climático”.
Así, las ciudades costeras “de todo el mundo” están siendo “maltratadas, erosionadas y contaminadas”, lo que produce efectos negativos como “la desaparición de la costa norteamericana del Estado de Louisiana al ritmo de un campo de fútbol por hora”.
Ovink emplea sus conocimientos en la materia viajando por todo el mundo como “embajador del agua” para ayudar a las autoridades locales a hacer frente a crisis hídricas “tanto por exceso como por defecto”, siempre con una idea clave: “no podemos resolver los problemas del mañana, ni siquiera los de hoy, con soluciones de ayer”.
Desafío futuro
El desafío afecta al mundo desarrollado “cuyas zonas costeras, donde se han invertido millones de dólares, están en claro peligro”, pero es todavía peor para “las islas pequeñas amenazadas por el ascenso del nivel mar o para las superpobladas costas de los países en vías de desarrollo” donde a su juicio “es demasiado tarde: desaparecerán y ya no podemos hacer nada por evitarlo”.
Este experto augura a Efe que en los próximos decenios el problema del agua será tan grave que “perderemos un 20 % de la población mundial debido a las inundaciones” mientras que, al mismo tiempo, “otro 20 % morirá por culpa de grandes sequías”.
De acuerdo con sus estudios, la ciudad norteamericana de Miami encabeza la lista de potenciales grandes afectados por la fuerza incontenible de las aguas, seguida por Cantón en el sur de China y todo el área de Nueva York.
Soluciones sostenibles
Ovink ha visitado España para participar como jurado del premio especial a la sostenibilidad en el concurso ‘Jumpthegap talk’ de la Fundación We Are Water para el diseño de soluciones sostenibles e innovadoras en el ámbito del baño.
Este especialista holandés comparte la tarea con el director de la fundación Xavier Torras y con la fundadora y directora de Thomas Matthews Agency, Sophie Thomas.
“El nombre del concurso (‘salta la brecha’ en español) se ajusta a mi perfil”, concluye, porque “efectivamente creo que hay una brecha pero la podemos saltar con más y mejores ideas de gestión sostenible del agua”.