Quintana (12º) y Betancur (18º), top-20 en la general de una ‘Grande Boucle’ marcada por el sufrimiento de Nairo y el golpe moral del abandono de Valverde en la jornada inaugural.
El británico Chris Froome (SKY) selló este domingo en París su triunfo en la 104ª edición del Tour de Francia tras los últimos 102 km entre Montgeron y los Campos Elíseos de la capital francesa, donde se impuso Dylan Groenewegen (TLJ) y Daniele Bennati terminó 10º. La llegada al circuito parisino supuso el fin de una carrera muy difícil para Movistar Team, que concluyó con Nairo Quintana, duodécimo, y Carlos Betancur, decimoctavo, como mejores clasificados y ocho de los nueve integrantes azules en la meta final, tras tres semanas de lucha y sufrimiento.
El conjunto telefónico acusó durante buena parte de la carrera el duro golpe que supuso la caída, con tan solo 7 km cubiertos, de Alejandro Valverde en la CRI de Düsseldorf. Sin una de sus referencias en la carretera, la escuadra azulvolcó aún más si cabe sus energías en dar el 100% por Quintana. Sin embargo, el sufrimiento de Nairo, acentuado en Pirineos y Alpes, le impidió aspirar al triunfo y prolongar así una racha de podios consecutivos en Grandes Vueltas -3º en el Tour ’16, ganador de la última Vuelta, 2º en el Giro ’17- que solo Eddy Merckx (1972-73), Bernard Hinault (1982-83) y Carlos Sastre (2008-09) han igualado en toda la historia.
La mala fortuna de Valverde y de Quintana -el que más cerca (2º en Foix, etapa 13) estuvo de anotarse un parcial para Movistar Team- acaba también con una senda de 12 ‘grandes’ consecutivas (desde el Tour ’13, también con Nairo como protagonista) colocando al menos un ciclista entre los cuatro primeros de la general.
Con todo, la actuación azul tuvo, al margen de la tenacidad de Quintana, muchas notas favorables. La entrega de los Erviti o Castroviejo; el empuje y veteranía de un Bennati que buscó el triunfo en tres ocasiones durante la última semana de carrera –4º el viernes en Salon-de-Provence-; el notable trabajo de los dos debutantes –Sütterlin, solvente en el llano, y Betancur, siempre cerca de Quintana en la montaña-; y la raza de Amador y Herrada, que magullados por las caídas se sobrepusieron, acabaron la prueba y ayudaron cuanto pudieron a su jefe de filas.