Es imposible imaginar el mundo moderno sin dispositivos electrónicos. Los teléfonos inteligentes sirven como cordones umbilicales al universo digital. Los frigoríficos y los sistemas de aire acondicionado mantienen frescos los alimentos y los hogares. La lista de aparatos que usamos a diario es casi interminable; computadoras, licuadoras, consolas de juegos, automóviles eléctricos, paneles solares, entre otros.

Estos inventos sin duda han transformado la vida humana para mejor – permiten el rápido acceso a la información, a los recursos y a la comunicación instantánea y ayudan a liberarnos para poder dedicar más tiempo a la recreación personal.

Pero la innovación parece venir acompañada por una regresión: los desechos electrónicos.

 

Un problema creciente

Cada año, la industria tecnológica genera hasta 41 millones de toneladas de residuos electrónicos. La cifra podría llegar a 50 millones este año debido al creciente número de consumidores y a la disminución de la vida útil de los dispositivos por una demanda de actualización periódica.

En nuestra imprudente cultura del desecho, esto puede parecer irrelevante, pero no lo es. Los metales y algunos otros materiales no son finitos y aun así los arrojamos como si lo fueran. Máquinas de café, neveras, cables eléctricos, ordenadores, televisores y viejos radios analógicos se están acumulando en vertederos de todo el mundo.

Los desechos electrónicos suelen contener componentes peligrosos que representan riesgos para la salud humana y el medio ambiente, y causan mayores daños en los países en desarrollo.

«Los productos electrónicos están aumentando exponencialmente en número, variedad y complejidad, y todos ellos utilizan elementos tanto valiosos como peligrosos», dijo Keith Alverson, director del Centro Internacional de Tecnología Ambiental de ONU Medio Ambiente, que estudia mejores métodos para incrementar el reciclaje y la gestión de residuos.

«El desafío de reutilizar, reciclar y eliminar adecuadamente los desechos electrónicos ya es enorme y continuará creciendo, ya sea en hogares, en el sector privado o en países de todo el mundo. Tenemos que pensar detenidamente e implementar soluciones para los desechos electrónicos, ya que permaneceremos beneficiándonos cada vez más de los bienes y servicios que nos provee la tecnología», añadió.

 

Una empresa criminal

De acuerdo con una investigación de ONU Medio Ambiente, entre 60 y 90% de los desechos electrónicos se comercializan o descargan ilegalmente, a menudo con la participación de bandas criminales trasnacionales.

«Es ilegal exportar desechos electrónicos, pero las redes extensas de contrabando clasifican los desechos como artículos de segunda mano y los arrojan en lugares como Ghana, India, Pakistán y Brasil», dijo el Dr. Christian Nellemann, jefe de la Unidad de Respuesta Rápida del Centro Noruego de Análisis Globales, y autor de un reciente informe de ONU Medio Ambiente sobre residuos electrónicos.

Los convenios de Basilea, Estocolmo y Rotterdam regulan el movimiento y la eliminación de los desechos, pero los delincuentes y los comerciantes astutos encuentran maneras para evadir las normas.

Sus métodos incluyen declarar las baterías desechadas como plástico y tubos de rayos catódicos y monitores de computadora como chatarra de metal. Las técnicas de contrabando de pequeña y gran escala se pueden ver en todo el mundo, desde el transporte organizado de camiones en toda Europa y América del Norte hasta el uso de los principales centros de contrabando al sur de Asia, incluido el traslado marítimo de contenedores.

El control insuficiente a la eliminación de desechos es otra escapatoria que aprovechan los delincuentes, quienes cobran los pagos por la eliminación segura de los desechos y luego descargan o reciclan de manera irregular.

Salud humana en riesgo

El vertido ilegal de desechos es el inicio de algunos problemas de salud en los países en desarrollo. Métodos inadecuados como la quema al aire libre son a menudo utilizados por el sector informal para recuperar materiales valiosos, con graves efectos para los humanos y el medio ambiente.

Las emisiones nocivas que provienen del plomo surgen de placas de circuitos impresos o tubos de rayos catódicos y del mercurio se halla en las pantallas de cristal líquido (LCD). Los contaminantes también vienen del cadmio, cromo, de retardantes de fuego y de la acumulación de sustancias químicas en el suelo, el agua y los alimentos.

La inhalación de humos tóxicos de reactivos como cianuro u otros ácidos fuertes, cobre y oro también causan problemas de salud.

Los niños de los países en desarrollo están expuestos porque sus familiares tratan de reciclar en casa, se ven obligados a reciclar por sí mismos o simplemente viven o van a la escuela cerca de los vertederos de basura. Ellos son especialmente vulnerables a los riesgos, ya que sus cuerpos todavía están desarrollándose.

 

Lograr un reciclaje adecuado

La clave para resolver muchos de estos problemas y asegurar que no nos quedemos sin metales en las próximas décadas es un reciclaje mejor y más formalizado.

Según las investigaciones del Panel Internacional de Recursos (IRP), el aprovechamiento de los desechos ha sido consistentemente bajo: de 60 metales estudiados solo un tercio tiene una tasa de reciclaje que supera 50% y ese indicador es inferior a 1 % en el caso de 34 elementos. Esto revela una ventana de oportunidad para reducir la degradación ambiental, el uso de la energía y el agua, y los impactos en la salud.

«Necesitamos abordar el círculo completo, establecer sistemas de reciclaje y formalizar y subsidiar los sistemas irregulares de manejo», dijo Nellemann. «También necesitamos enfrentar la significativa participación de la delincuencia organizada en el manejo de desechos».

Están surgiendo soluciones para combatir el manejo ilegal e insostenible de los desechos electrónicos. Recuperar metales valiosos y otros recursos contenidos dentro de los productos electrónicos puede reducir la cantidad de residuos electrónicos producidos, disminuir la presión sobre el medio ambiente, crear empleos y generar ingresos.

De acuerdo con el IRP, los diseñadores deben buscar formas de recuperar fácilmente materiales como los metales de tierras raras de productos que incluyen a la tecnología verde – paneles solares e imanes de turbina eólica. Los acuerdos vinculantes sobre clasificación de residuos contemplados en los convenios también serán vitales para evitar el vertido de residuos en los países en desarrollo.

Las alianzas en esta área están creciendo. La Unión Internacional de Telecomunicaciones, la Universidad de las Naciones Unidas y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos, formaron este año la Asociación Mundial de Estadísticas sobre Desechos Electrónicos para mejorar y recopilar información sobre residuos electrónicos a nivel global. La Asociación Mundial sobre Gestión de Residuos también estudia la mejora de la eliminación racional en los países en desarrollo, un área de trabajo dirigida por la Unión Internacional de Telecomunicaciones.

Las montañas de desechos electrónicos están creciendo en todo el mundo, pero este desperdicio puede convertirse en un valioso recurso que protegerá la salud humana y asegurará que la humanidad use los recursos limitados con más sabiduría.