Cinco mujeres españolas, unidas por la superación del cáncer, afrontan estos días una aventura en el Ártico en la que deben dar lo mejor de sí mismas, mental y físicamente, para recorrer 300 kilómetros entre los hielos en una expedición medioambientalmente sostenible.

Se trata de la III edición del Reto Pelayo, un proyecto creado por el periodista y escritor Eric Frattini que en las oportunidades anteriores organizó el viaje de otros dos grupos de mujeres que habían logrado sobrevivir a esta enfermedad: el primero, a la cumbre del Kilimanjaro en Tanzania y, el segundo, a atravesar el Atlántico.

Expedición III edición del Reto Pelayo

Expedición III edición del Reto Pelayo. EFE/Carlos de Torres

Es “un viaje de superación para inspirar a miles de personas”, ha explicado Frattini a Efe, que combina la salud, el deporte y el cuidado del medioambiente en una aventura que tiene previsto durar 14 días y se espera concluya el próximo 27 de septiembre en el glaciar del Qooroq, en Groenlandia.

Normativa de la NASA

Frattini ha explicado que todas las expediciones de este tipo en las zonas polares, tanto en la ártica como en la antártica, reciben una normativa de la NASA con reglas muy estrictas para cumplir en todo lo relacionado con la protección del entorno natural.

La primera de ellas es la obligación de no dejar ningún rastro de su paso por la región,“ningún residuo de ningún tipo, incluido los excrementos” por lo que un viaje así precisa“llevarnos absolutamente todo con nosotros”.

La travesía, que aspira a conseguir las cero emisiones, incluye la escalada de un glaciar de entre 1800 y 2000 metros de altura, una caminata de unos 230 kilómetros a una temperatura de entre -35ºC y -45ºC y una última etapa en kayak de 80 kilómetros en dos días.

La aventura es respetuosa con el medio ambiente “ya que no emplea ningún aparato con motores que pueda contaminar el aire ni generadores que provoquen humos o gases”.

Cumplidas las exigencias medioambientales, la expedición recibirá el reconocimiento de la NASA, junto con una certificación oficial.

Cinco mujeres

Todas las protagonistas de esta expedición solidaria, con edades comprendidas entre 35 y 51 años, aceptaron el reto ambiental además del físico y, con él, “el compromiso con miles de mujeres que sufren el cáncer y lo superan”.

Se trata de un porcentaje que, gracias a los avances médicos, es “muy elevado” aunque Frattini recalca que “siempre que se menciona esta enfermedad se habla de víctimas pero la buena noticia es que la gran mayoría de las que lo padecen se cura”.

Entre las expedicionarias figura Ana, quien sufrió un cáncer de mama hasta hace tres años y medio: un proceso doloroso durante el cual “perdí mucho peso, las uñas de los pies y hasta piezas dentales”, pero con un tratamiento adecuado, tiempo suficiente y una actitud positiva consiguió superarlo, ha contado a Efe.

Expedición III edición del Reto Pelayo

Base polar Fletanes. EFE/Carlos de Torres

Superado el cáncer “quería hacer muchas cosas, quería vivir” y el desafío de Groenlandia encajaba “a la perfección” con sus aspiraciones.

Además, ha asegurado que las expedicionarias no necesitaron preparación psicológica “porque el cáncer nos preparó ya para todo”aunque sí afrontaron un programa físico de tres meses para adquirir la forma necesaria para “disfrutar” del desafío.

Ana ha insistido en que la necesidad de transmitir un mensaje de esperanza y dar “un empujón” a las personas con cáncer porque “todo es cuestión de tiempo, de todo se sale y, después del tratamiento, sigue habiendo vida y nuevos retos”.

La repercusión de esta iniciativa ha ido creciendo en cada edición: para la primera se presentaron 29 mujeres voluntarias a las cinco plazas previstas; en la segunda, lo hicieron 87 y, en la tercera, 117 mujeres y un hombre, “a modo de protesta por no poder participar”. Efeverde