Representantes de más de 150 países se reúnen en Ginebra esta semana para marcar un hito en sus esfuerzos por combatir la contaminación por mercurio, una de las sustancias químicas más peligrosas para la salud humana y el medio ambiente. Se trata de la primera Conferencia de las Partes del Convenio de Minamata sobre Mercurio, que entró en vigor el 16 de agosto de 2017.

El mercurio es una neurotoxina con un alcance global. Este metal pesado es liberado en el medio ambiente como resultado de una serie de actividades humanas, allí entra en la cadena alimentaria, se acumula en el cuerpo y puede causar daños al cerebro, el corazón, los riñones, los pulmones y el sistema inmunológico de personas de todas las edades. El mercurio es particularmente dañino para los niños y los fetos, cuyo sistema nervioso está en desarrollo. Los daños al cerebro causados no pueden ser revertidos y no se conoce ningún nivel de exposición segura al mercurio en seres humanos, ya que los efectos pueden observarse incluso en niveles de contacto muy bajos.

Las partes en el Convenio de Minamata sobre Mercurio comenzarán a aplicar el nuevo tratado global que incluye la prohibición de nuevas minas de mercurio y la eliminación de las existentes; regular el uso del mercurio en la minería aurífera artesanal y en pequeña escala, de ciertos procesos industriales y de la producción de artículos cotidianos tales como ciertas lámparas fluorescentes compactas, baterías y empastes de dientes; así como controlar las emisiones de mercurio como subproducto de una serie de sectores industriales, incluida la quema de carbón.

«Este convenio salvará vidas», dijo Erik Solheim, Director Ejecutivo de ONU Medio Ambiente. «La gente en todo el mundo está siendo envenenada y es hora de que esto se detenga. Ahora comienza el trabajo para eliminar el mercurio de nuestros procesos industriales y mantenerlo fuera de nuestros cuerpos y nuestros frágiles ecosistemas”.

 

Miles de toneladas de mercurio se emiten cada año a través de emisiones al aire, tierra y agua. El mercurio puede liberarse naturalmente por incendios forestales, erupciones volcánicas o el desgaste de rocas que contienen el metal. Sin embargo, las emisiones más significativas provienen de las actividades humanas, particularmente de la quema de carbón y la minería de oro artesanal y de pequeña escala. Sólo la minería expone al envenenamiento a hasta 15 millones de trabajadores y sus familias en más de 70 países, y esto incluye a los niños trabajadores.

La contaminación por mercurio es un problema global, ya que se vaporiza y por lo tanto puede ser transportada a través del aire a largas distancias lejos de su fuente de emisión original, afectando al aire, el agua y el suelo. Como el mercurio es un elemento indestructible, el convenio de Minamata estipula también las condiciones para su almacenamiento provisional y su eliminación cuando se convierte en residuo.

Durante siglos, el mercurio se ha utilizado en dispositivos de medición como termómetros y esfigmomanómetros (dispositivos de presión sanguínea). El Convenio de Minamata estipula la eliminación gradual de la fabricación, importación y exportación de estos productos con mercurio al 2020. Varias instituciones de salud en países como Sudáfrica, Brasil y Filipinas han demostrado que esto es factible.

El Convenio de Minamata

El Convenio de Minamata contiene disposiciones que se refieren a todo el ciclo de vida del mercurio, incluidos controles y reducciones en una gama de productos, procesos e industrias en los que se utiliza, se libera o se emite el metal. También aborda la extracción primaria de mercurio, su exportación e importación, su almacenamiento seguro y su eliminación una vez que convierte en residuos.

En virtud del convenio, los países deben:

Controlar las emisiones de mercurio de industrias clave (incluyendo el carbón, incineración de residuos, metales no ferrosos y producción de cemento).

Prohibir la extracción de mercurio y cerrar minas de mercurio existentes después de un período de tiempo.

Controlar el comercio de mercurio.

Trabajar para reducir el uso de mercurio en la minería de oro artesanal y en pequeña escala – la mayor fuente de contaminación por mercurio

Promover la cooperación internacional en la vigilancia del mercurio y la innovación

Suministro, Comercio y Demanda Globales del Mercurio

El nuevo informe de ONU Medio Ambiente, Suministro, Comercio y Demanda Globales del Mercurioconfirma que la minería aurífera artesanal y de pequeña escala es la mayor fuente de emisiones de mercurio (principalmente en África, Asia y América Latina), seguido por la quema de carbón. Los principales usos del mercurio continúan en la minería de oro artesanal y de pequeña escala, y en la producción de cloruro de vinilo monómero, siendo estas dos aplicaciones responsables de más de 60% de la demanda mundial de mercurio.

La minería aurífera artesanal y a pequeña escala produce de 12 a 15% del oro del mundo y emplea a alrededor de 15 millones de personas, a menudo en zonas rurales remotas, incluyendo a entre 4 y 5 millones de mujeres y niños que a menudo no tienen conciencia de los riesgos del mercurio y alternativas más seguras. Existen múltiples programas para ayudar a los mineros a cambiar a procesos de minería sin mercurio, pero los desafíos son enormes.

Para satisfacer la creciente demanda de oro, nuevas cadenas de suministro de mercurio han surgido desde 2011 en México e Indonesia, con una producción combinada estimada en entre 800 y 1100 toneladas en 2015.

El uso de mercurio en la producción de cloruro de vinilo monómero también se encuentra en un máximo histórico, aunque se han adoptado medidas para reducir y finalmente eliminar el proceso basado en mercurio.