“Desde 1950, los plásticos son prácticamente omnipresentes en nuestra vida cotidiana. En todo el mundo se usa cada año más de 260 millones de toneladas de plástico. Pero el problema es que, al no deshacernos de este material de forma correcta, acaba siendo un asesino silente de miles de criaturas marinas.”
Silencioso pero letal La mayor parte de los desechos de los mares y océanos del mundo (del 60 al 80%), se compone de materiales plásticos. Los estudios de campo demuestran que tanto los micro como los macro plásticos, que demoras siglos en descomponerse, están más concentrados en las zonas marinas aledañas a las áreas urbanas del hemisferio norte, especialmente en convergencias de aguas y en mares cerrados.
Los desechos plásticos que crecen de manera alarmante, afectan a la salud humana, la vida silvestre y al Medio Ambiente. Los millones de toneladas de basura plástica que acaba en los océanos, se están descomponiendo y lixivian toxinas.
Los materiales plásticos que se depositan en los vertederos absorben sustancias químicas nocivas, que terminan en las aguas subterráneas. Los productos químicos que se le añaden a los plásticos, pueden acabar en la cadena alimenticia y afectar a todos los seres vivos.
Además de lo dañinas que pueden resultar estas sustancias, aun en dosis bajas, los desechos plásticos son fácilmente confundidos con comida e ingeridos por cientos de especies, que se intoxican o se ahogan y fallecen de hambre. Los plásticos flotantes son agentes propagadores de especies invasoras.
Los envases de un solo uso y el exceso de empleo del plástico, resulta un problema, que solo puede resolverse mediante la aplicación de alternativas, como el ecodiseño, el desarrollo de materiales menos contaminantes, una reducción de la cantidad de basura que se tira y por encima de todo, en un cambio en el comportamiento de los seres humanos.
Una de las previsiones que existen es que en los primeros 20 años de este siglo, la cantidad de plásticos desechados de forma irresponsable será mayor, que todos los plásticos que se produjeron durante el siglo pasado.
¿Se puede detener esta locura?
Los expertos indican que aún es posible, pero hace falta que los seres humanos, que son los únicos culpables de este mal, comiencen a cambiar sus hábitos de consumo, a educar con el ejemplo y a hacerse responsables de sus actos y del daño irreparable, que le están ocasionando a la Naturaleza.
Cada vez que se adquieren productos plásticos de un solo uso, es decir, todo lo que es “desechable” (maquinillas de afeitar, platos y vasos, botellas y bolsas y un sinfín más de productos), se fomenta la producción de los mismos. Si no hay demanda, no será necesario fabricarlos.
A la hora de comprar alimentos, elegir aquellos cuyos envases sean reciclados y reciclables. No cocinar más que lo que se necesita y aprender a dar un segundo empleo a lo que sobra, para evitar tirar comida (las famosas croquetas de las abuelas son el mejor ejemplo de que es posible). Compostar los restos de los alimentos, también es una buena solución.
Reciclar es uno de los recursos más útiles para deshacerse de los plásticos, pero hay algunos de estos materiales que no son reciclables, así que es mejor No comprarlos. Antes de recurrir al reciclaje, es mejor buscarles un nuevo empleo, es decir reutilizarlos, pero, siempre de forma responsable (ver Las botellas de plástico deben reciclarse Nunca rellenarse).
Fuente: Reciclaje de Residuos
ecoticias.com