Las botellas de plástico han conquistado el mundo: son baratas, livianas y pueden ser moldeadas en miles de formas. Desafortunadamente, se acumulan a un ritmo tan acelerado que se han convertido en uno de los mayores problemas de contaminación de nuestro tiempo.
A medida que el costo económico y ambiental de este desperdicio se nos viene encima, la búsqueda de una solución también se intensifica. El sistema de envases retornables podría permitirnos seguir usando algunas botellas de plástico y evitar que sean arrojadas a la basura tan pronto como las vaciamos.
En noviembre, el Reino Unido se convirtió en el país que más recientemente ha considerado el esquema de depósito y retorno de botellas de plástico. Además de los ministros en Londres, los gobiernos regionales de Escocia y Gales también están buscando cómo implementar esta iniciativa.
Los activistas estiman que el esquema planteado en el Reino Unido podría elevar la tasa de recaudación de botellas de plástico del 57% actual al 80 o 90% observado en otros países europeos.
«Debemos proteger nuestros océanos y la vida marina de los desechos plásticos si queremos ser la primera generación en dejar nuestro ambiente en un mejor estado que en el que lo encontró», dijo recientemente el ministro de Medio Ambiente del Reino Unido, Michael Gove.
La durabilidad y el bajo costo que hacen que el plástico sea tan útil también lo convierten en un contaminante tan voluminoso y persistente. Además de ensuciar nuestras ciudades y acumularse en vertederos, 8 millones de toneladas de plástico se están filtrando a nuestros océanos cada año, causando daños a cientos de especies, desde tortugas hasta plancton. Los fragmentos de plástico también están entrando a la cadena alimenticia humana, hasta ahora con consecuencias desconocidas.
Reducir, reusar y reciclar
Las botellas de plástico representan un componente importante de la basura marina: se estima que 1 millón de ellas se compran cada minuto en todo el mundo. Cambiar esta tendencia implica reducir su uso e introducir más botellas reusables, pero también significa recolectar tantas botellas desechables como sea posible para su reciclaje o eliminación segura.
Los esquemas de depósito implican que los consumidores paguen una pequeña tarifa adicional (5 centavos es lo común en los Estados Unidos) cada vez que compran un tipo particular de producto y recuperan ese dinero cuando devuelven los contenedores vacíos en un punto de recolección (a menudo una máquina situada en un supermercado). Sistemas similares para botellas de vidrio han estado en vigencia por décadas.
Estos esquemas son una forma en la que los países pueden mejorar aún más sus tasas de recolección y segregación, de modo que se reutilicen o reciclen más recursos, incluidos los plásticos.
«Pueden hacer esto garantizando la recolección de material de muy alta calidad», dice Mauro Anastasio de la Oficina Europea del Medio Ambiente, una red de 140 organizaciones que presiona por políticas más ecológicas en todo el continente.
Esto permite que las botellas usadas se reciclen de manera rentable para elaborar otras nuevas, en lugar de utilizarlas para fabricar productos de menor calidad, un ejemplo del enfoque de «economía verde» promovido por ONU Medio Ambiente para aumentar la sostenibilidad de la producción y el consumo.
Elevando las tasas de recolección
Los activistas estiman que el esquema planteado en el Reino Unido podría elevar la tasa de recaudación de botellas de plástico del 57% actual al 80 o 90% observado en otros países europeos como Alemania y Suecia, donde ya funciona el sistema de depósito.
Los defensores dicen que esto también puede reducir los gastos municipales de recolectar, separar y deshacerse de contenedores no deseados -lo que también beneficiaría a los contribuyentes-. Un grupo activista ha estimado que el plan de devolución de depósitos propuesto para botellas de plástico en Inglaterra podría ahorrarle a los ayuntamientos hasta 35 millones de libras (45 millones de dólares) al año.
«Hay otros países y regiones, en Europa y más allá, que podrían alcanzar los mismos resultados impresionantes», dijo Claudia Giacovelli del Centro Internacional de Tecnología Ambiental de ONU Medio Ambiente
No todos están convencidos.
Los fabricantes de bebidas se han resistido durante mucho tiempo a los esquemas de devolución de depósitos (a pesar de que recientemente Coca-Cola se colocó detrás de las nuevas iniciativas en el Reino Unido). Algunos oponentes han comparado los depósitos a un impuesto; otros argumentan que sería más rentable promover programas existentes y más amplios de educación cívica y reciclaje que cubran más tipos de desechos.