Los icónicos autobuses rojos de dos pisos que circulan por las calles de Londres comenzaron este lunes a incorporar combustible preparado con residuos de café.
Esta fuente de energía alternativa a los combustibles fósiles tradicionales se prepara mediante una mezcla de diésel con aceite extraído de los posos de café recogidos en las cafeterías y fábricas de café instantáneo.
De esta manera se obtiene un biocombustible llamado B20. Bio-bean, la empresa encargada de fabricar este producto, afirma haber producido suficiente aceite para el funcionamiento diario de un autobús durante un año entero. Para ello, la compañía ha tenido que procesar los residuos correspondientes a unos 2,55 millones de tazas de café.
Si bien muchos de los 9.500 autobuses ‘double decker’ de la capital británica ya habían utilizado con anterioridad biocombustibles basados en aceite de cocina o grasa animal, esta es la primera vez que estos vehículos incorporan el café como fuente de energía. Sus motores no necesitan ninguna adaptación especial para poder funcionar con este nuevo tipo de combustible.
El uso del B20 para el transporte público londinense “es un gran ejemplo de lo que se puede lograr cuando repensamos los residuos como un nuevo recurso” expresó Arthur Kay, el fundador de Bio-bean, en referencia a las 200.000 toneladas de café usado que generan los habitantes de Londres anualmente.