En el Reino Unido, la última cosecha de cebada ya ha sido segada y retirada de los campos, culminando un calendario agrícola cuyo ritmo se ha mantenido casi sin cambios durante milenios. Pero este año, una hectárea de este cereal ha sido recogida sin que los seres humanos pongan un solo pie sobre el terreno.
El proyecto Hands Free Hectare o HFHa –la granja ‘manos libres’–, dirigido por la Universidad Harper Adams (HAU) y la empresa de tecnología agrícola Precision Decisions (PD), consiguió por primera vez en el mundo sembrar, cuidar y cosechar un cultivo solo con vehículos robot.
Uno de los granjeros robot de esta singular granja, localizada en la región de West Midlands, es el tractor Iseki, que se utilizó para el arado del terreno y la pulverización de fungicidas, herbicidas y nutrientes. Este prototipo es más pequeño y ligero que la mayoría de los tractores que se usan hoy, porque el equipo científico de este proyecto cree que el uso de máquinas agrícolas más pequeñas podría mejorar la salud del suelo (menos peso) y de las plantas.
Los investigadores también utilizaron en su proyecto una ‘combine’, una máquina agrícola que corta y trilla el grano, de 25 años de antigüedad, a la que incorporaron tecnología moderna para automatizarla.
El tractor Iseki y la ‘combine’ Sampo usan unos sistemas muy similares, que involucran una serie de pequeños motores y mecanismos controlados de forma inalámbrica y sobre la base de programas de trabajo computarizados.
El tractor Iseki aró, sembró y fumigó la tierra orientándose sobre el terreno mediante un sistema de piloto automático utilizado habitualmente en los drones, que le permite seguir un recorrido previamente determinado con la ayuda de un GPS (posicionamiento geográfico mediante satélites).
El trabajo autónomo del tractor fue posible gracias a la asistencia de unos puntos de referencia o balizas digitales con GPS colocados en los extremos del campo, y que envían señales a la máquina para ayudarle a ejecutar sus operaciones. Y lo mismo pasó con la ‘combine’ a la hora de cosechar.
Por razones de seguridad, las máquinas fueron equipadas con escáneres láser que las detienen cuando algo se interpone en su camino.
Aunque el funcionamiento de este sistema puede sonar muy técnico y complicado, para el agricultor será fácil de utilizar y simplemente tendrá que ingresar en su computadora la información sobre las tareas que necesita que ejecuten sus vehículos robóticos, y estos se pondrán en marcha y las harán, según HFHa.
Operación fácil, pero con niveles que prometen ser cada vez más sofisticados. Por ejemplo, cuando las semillas han sido sembradas, un dron sobrevuela el campo para obtener imágenes multiespectrales (en infrarrojo, ultravioleta, etc.), que proporcionan información sobre el estado del suelo y de las plantas.
Estas imágenes permiten detectar carencias nutricionales, falta de agua y posibles plagas y enfermedades. Y también, establecer si hay que tratar de forma diferenciada un sector del campo.
tomada de eltiempo.com