Científicos mexicanos identificaron el sistema que permite a la bacteria Azotobacter vinelandii -presente en suelos y raíces de plantas- producir dos tipos de plásticos biodegradables con nulo impacto ambiental, informó hoy el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

La doctora en ciencias Elva Yadira Quiroz identificó el sistema que hace posible a la bacteria elegir las fuentes de carbono como alimento que posteriormente convertirá en dos tipos de polímeros alginato y poli beta hidroxibutirato (PHB).

Ambos plásticos resultantes son de interés biotecnológico por su gran potencial de aplicación en diversos campos, así como por su capacidad para ser degradados por la misma bacteria que los produce.

Para la investigadora del Centro de Ciencias Genómicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el mayor beneficio al lograr que alguna bacteria produzca polímeros en cantidades suficientes radica en la posibilidad de que, a largo plazo, se reemplacen los plásticos derivados del petróleo.

Las bacterias se encargan de degradarlo

Esto es debido a que las bacterias se encargan de degradarlo al usarlo como fuente de carbono, en un proceso que tardaría entre tres y seis meses.

Otro de los beneficios para este tipo de polímeros tiene que ver con su pureza, ya esta les otorga el potencial necesario para aplicaciones médicas.

Los polímeros altamente puros pueden ser utilizados para la generación de prótesis que no generan una respuesta tóxica en el organismo de los huéspedes.

En el caso del alginato, se está probando la introducción de células vivas para terapias celulares.

Una aplicación potencial similar es el encapsulamiento de sustancias usadas para optimizar la quimioterapia, ya que encapsular la sustancia permitiría dirigirla directamente a las zonas donde es necesaria, sin dañar tanto otras células del cuerpo.

Para un mejor rendimiento de la bacteria, los científicos la alimentan de fuentes de carbono como la glucosa o la sacarosa, ya que estas permiten que la bacteria logre sintetizar mayor cantidad de polímeros.

Este proyecto le valió a la investigadora el Reconocimiento al Mérito Estatal a la Investigación (Remei) que otorga el central estado de Morelos. EFEverde