El Foro Mundial del Agua, que reunió en Brasilia a delegaciones oficiales y empresas de 150 países, concluyó hoy tras cuatro días de debates sobre la grave situación en torno a un recurso al que 2.000 millones de personas casi no tienen acceso.

El evento trienal, organizado por el Consejo Mundial del Agua, se realizó desde el pasado lunes y dejó como resultado cinco documentos que recogieron las discusiones a niveles de ministros, autoridades de poderes judiciales, parlamentarios y alcaldes, junto a otra de carácter general y centrada en la sustentabilidad.

En resumen, las cinco declaraciones instan a los Gobiernos del mundo a velar por la preservación de un recurso que está amenazado por diversos factores, que van desde el impacto del cambio climático hasta las malas gestiones, la corrupción, las deficiencias en las infraestructuras y el derroche.

El brasileño Benedito Braga, presidente del Consejo Mundial del Agua, subrayó que “ninguna de esas declaraciones es vinculante ni impone obligaciones”, pero consideró que recogen “un compromiso real con la preservación y la buena gestión del agua” que será revisado durante la próxima edición, que se celebrará en Dakar en 2021.

Acceso universal al agua

La declaración ministerial hizo “un llamamiento urgente para una acción decisiva” y una mayor cooperación internacional para hacer realidad el objetivo de acceso universal al agua y al saneamiento básico que la ONU estableció entre los objetivos de la Agenda 2030.

La parlamentaria, redactada por 120 legisladores de 134 países, insta a un mayor intercambio de experiencias y también pide que los parlamentos del mundo incluyan el agua como “asunto central” en sus legislaciones, que deberán “contemplar necesariamente la protección del medioambiente”.

En el caso de los alcaldes, la declaración coincide en todos esos puntos, pero añade que los gobiernos municipales requieren de mayor apoyo presupuestario para llevar adelante políticas que permitan la promoción de “soluciones adecuadas” en favor del agua.

El documento redactado por los jueces de 56 países que asistieron al foro refuerza la condición de derecho humano y bien público que las Naciones Unidas le han conferido al agua e insta a los poderes judiciales a contemplarlo en casos de conflictos vinculados a ese recurso.

La quinta declaración recoge el resultado de más de 600 debates y 300 conferencias organizados desde el pasado lunes y básicamente es un llamamiento a la adopción de medidas que garanticen el cuidado del agua, su preservación y distribución, así como un saneamiento adecuado, que impida el derroche de ese recurso que escasea.

Escasez de agua

Durante las cuatro primeras jornadas, en el Foro Mundial fueron presentados diversos estudios de organismos internacionales sobre el impacto que la escasez de agua tiene en los más diversos ámbitos.

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Una mujer visita las instalaciones de la 8° edición del Foro Mundial del Agua, en Brasilia (Brasil). EFE/Joédson Alves

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alertó sobre la forma en que la falta de agua para el riego intensifica las migraciones del campo hacia las ciudades y subrayó la necesidad de garantizar ese recurso para la producción de alimentos, que también pueden escasear durante este siglo.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) divulgó en el foro su informe anual sobre la situación hídrica del planeta y señaló que 2.000 millones de personas en el mundo carecen de un adecuado acceso al agua.

También lamentó que los niños de los países más pobres tengan que dedicar “200 millones de horas” para buscar en pozos y ríos el agua que no llega a sus casas e instó a los Gobiernos a incluir ese tema en el “centro de sus prioridades” y adoptar una “infraestructura verde”, frente a la “infraestructura gris” del cemento.

Buenas prácticas

En el foro celebrado en Brasilia también hubo un espacio dedicado a la ciudadanía, en el que fueron promovidas buenas prácticas para impedir un mayor derroche de ese recurso, cuya escasez puede hasta generar conflictos en un futuro próximo, según la Unesco.

En ese espacio, el agua fue tratada en forma lúdica y hasta se convirtió en teatro, mediante una obra de contenido medioambiental presentada por niños y basada en el libro “Los ríos voladores”, de la periodista y ecologista española Yana Marull. EFEverde