La acuaponía se ha convertido en toda una tendencia. Gracias a una combinación de acuicultura (la cría de peces) e hidroponía (el cultivo de plantas en agua sin suelo), la acuaponía es un ejemplo de los sistemas de recirculación denominados en general como agro-acuicultura integrada (AAI). Algunas granjas integradas pueden reducir el consumo de agua en un 90% en comparación con la agricultura tradicional. Esta es una muy buena noticia para el sector agrícola, que utiliza alrededor del 70% del agua dulce disponible a nivel mundial.

En regiones del mundo donde las ya escasas reservas de agua se ven cada vez más limitadas, resulta crucial lograr formas innovadoras de producir alimentos. Conocida por el calor y los desiertos, no es del todo sorprendente que la región del Cercano Oriente y el Norte de África (NENA*) sea una de ellas.

La región NENA (Siglas en inglés de Near East and North Africa) cuenta con algunos de los niveles más bajos de recursos de agua dulce en el mundo, y estas reservas —principalmente subterráneas y no renovables— se están agotando. La cantidad de agua dulce disponible se ha reducido en un 60% en los últimos 40 años, y se espera que baje otro 50% para 2050. En esta región, la agricultura supone el 85% del uso de agua, y será posiblemente el sector más golpeado por su escasez. El impacto sobre los medios de vida y las economías rurales y la seguridad alimentaria puede ser grave. En este contexto, ahorrar agua no es solo una buena práctica, pronto podría ser la única alternativa.

Afortunadamente, existen métodos innovadores para reducir el uso del agua. Las granjas de AAI combinan nuevas tecnologías y buenas prácticas para reducir la “huella hídrica” de la agricultura y hacer un uso inteligente y eficiente de los recursos naturales.

En la acuaponía, el agua sirve para un doble propósito: criar peces y hacer crecer los cultivos, generando dos productos a la vez. No es el único beneficio: los desechos de los peces fertilizan el agua utilizada para regar las plantas, y las plantas limpian el agua para los peces. Es una situación donde todos ganan. Producir más alimentos con menos recursos es parte del futuro de la agricultura.

En Argelia, Egipto y Omán —como en otros países de la región—, la falta de agua no es el único desafío; también escasean los suelos de buena calidad. De la superficie total de tierras adecuadas para la agricultura en la región, el 45% sufre de elevada salinidad, agotamiento de nutrientes y problemas de erosión. La AAI es una solución para producir hortalizas, frutas y otros alimentos en tierras inhóspitas o no utilizables. Es una excelente manera de suministrar a la población de la región alimentos producidos localmente que les aportan las proteínas y minerales que necesitan, y sin uso intensivo de agua.

La acuaponía se ha convertido en toda una tendencia. Gracias a una combinación de acuicultura (la cría de peces) e hidroponía (el cultivo de plantas en agua sin suelo), la acuaponía es un ejemplo de los sistemas de recirculación denominados en general como agro-acuicultura integrada (AAI). Algunas granjas integradas pueden reducir el consumo de agua en un 90% en comparación con la agricultura tradicional. Esta es una muy buena noticia para el sector agrícola, que utiliza alrededor del 70% del agua dulce disponible a nivel mundial.

En regiones del mundo donde las ya escasas reservas de agua se ven cada vez más limitadas, resulta crucial lograr formas innovadoras de producir alimentos. Conocida por el calor y los desiertos, no es del todo sorprendente que la región del Cercano Oriente y el Norte de África (NENA*) sea una de ellas.

La región NENA (Siglas en inglés de Near East and North Africa) cuenta con algunos de los niveles más bajos de recursos de agua dulce en el mundo, y estas reservas —principalmente subterráneas y no renovables— se están agotando. La cantidad de agua dulce disponible se ha reducido en un 60% en los últimos 40 años, y se espera que baje otro 50% para 2050. En esta región, la agricultura supone el 85% del uso de agua, y será posiblemente el sector más golpeado por su escasez. El impacto sobre los medios de vida y las economías rurales y la seguridad alimentaria puede ser grave. En este contexto, ahorrar agua no es solo una buena práctica, pronto podría ser la única alternativa.

Afortunadamente, existen métodos innovadores para reducir el uso del agua. Las granjas de AAI combinan nuevas tecnologías y buenas prácticas para reducir la “huella hídrica” de la agricultura y hacer un uso inteligente y eficiente de los recursos naturales.

En la acuaponía, el agua sirve para un doble propósito: criar peces y hacer crecer los cultivos, generando dos productos a la vez. No es el único beneficio: los desechos de los peces fertilizan el agua utilizada para regar las plantas, y las plantas limpian el agua para los peces. Es una situación donde todos ganan. Producir más alimentos con menos recursos es parte del futuro de la agricultura.

En Argelia, Egipto y Omán —como en otros países de la región—, la falta de agua no es el único desafío; también escasean los suelos de buena calidad. De la superficie total de tierras adecuadas para la agricultura en la región, el 45% sufre de elevada salinidad, agotamiento de nutrientes y problemas de erosión. La AAI es una solución para producir hortalizas, frutas y otros alimentos en tierras inhóspitas o no utilizables. Es una excelente manera de suministrar a la población de la región alimentos producidos localmente que les aportan las proteínas y minerales que necesitan, y sin uso intensivo de agua.

En regiones como el Cercano Oriente y África del Norte, la escasez de agua es un problema acuciante. Las granjas de agro-acuicultura integradas ayudan a producir alimentos y proporcionar proteínas en áreas donde la tierra no es cultivable o es inhóspita. ©FAO/Valerio Crespi

Sin embargo, expandir este tipo de granjas requiere un replanteamiento y unos conocimientos técnicos que no todos los agricultores tienen. Aquí es donde la experiencia de la FAO resulta tan valiosa.

“La FAO ha sido uno de los primeros organismos de la ONU en abordar la acuicultura en tierras áridas y desérticas e investigar las soluciones más adecuadas para la escasez de agua, la degradación del suelo y la seguridad alimentaria (por ejemplo, la AAI y la acuaponía). Es un privilegio para la FAO ser considerada como una organización experta en este tipo de intervenciones”, señala Valerio Crespi, Oficial de Pesca y Acuicultura de la FAO.

A través de giras de estudio organizadas por la FAO entre agricultores, campesinos argelinos, egipcios y omaníes visitaron 15 granjas de agro-acuicultura integradas, intercambiando entre ellos nuevos consejos y técnicas. Este trío de países (Argelia, Egipto y Omán) supone en particular un buen ejemplo de cooperación Sur-Sur exitosa, ya que cada uno tiene un nivel diferente de perfeccionamiento y experiencia con los sistemas de la AAI.

Omán acaba de comenzar a trabajar en la AAI, mientras que Egipto es considerado uno de los países líderes de la región en producción acuícola y gestión hídrica. Argelia, por su parte, cuenta con nuevas experiencias para compartir en los sistemas productivos de la AAI, como la producción de camarón con una tecnología que ha tenido éxito en áreas remotas rurales y con escasez de agua.

Algunas explotaciones de AAI están haciendo milagros. “Ver un camarón producido en medio del desierto en Argelia es como estar en el espacio”, asegura Paula Antón, Oficial de Pesca de la FAO.

Durante estas visitas de estudio, los participantes pudieron observar los diferentes sistemas utilizados en cada granja y debatir sobre las mejores prácticas con los propietarios. Intercambiaron conocimientos sobre el suministro sostenible de semillas y piensos, diversificación de especies, la salud de los peces, bioseguridad, gestión agrícola, comercialización de productos terminados y desarrollo de cooperativas. Los campesinos tuvieron la oportunidad de discutir las lecciones aprendidas, sus experiencias de primera mano y debatir nuevas ideas, así como compartir las dificultades a las que se enfrentan.

“Los sistemas y materiales utilizados difieren de una granja a otra, por lo que estos viajes nos permiten aprender ideas diferentes. Aprovecharé este conocimiento y lo aplicaré en mi granja y seguiré los mismos procedimientos que vimos en nuestros dos países”, explica Rabab Hashim, que se dedica a la agro-acuicultura en Omán.

Los viajes de estudio entre agricultores y la Cooperación Sur-Sur entre Argelia, Egipto y Omán fueron acogidos favorablemente y elogiados por los campesinos, que pudieron así discutir experiencias de primera mano, debatir nuevas ideas y compartir los desafíos comunes a los que se enfrentan. ©FAO/Khaled Desouki

“Los agricultores de Argelia, Egipto y Omán no solo han aprendido de estos ejemplos, sino que también han iniciado un diálogo importante sobre cómo podemos ampliar estas prácticas en toda la región”, asegura Pasquale Steduto, al frente de la Iniciativa de la FAO sobre la escasez de agua en el Cercano Oriente y el Norte de África.

Las explotaciones de AAI están ofreciendo productos a la población local —como la tilapia en Egipto y Omán y el bagre norteafricano en Argelia—, fomentando el consumo de una fuente de proteína que tradicionalmente no existía en sus dietas. Se trata de una proteína que resulta más barata de obtener, y que gracias a la acuaponía, es más eficiente en el uso de los recursos naturales, especialmente el agua.

La lucha contra la escasez de agua y el uso eficiente de los recursos naturales son cuestiones importantes en muchas partes del mundo. Al analizar los éxitos y los desafíos de este programa en particular, la FAO tiene la intención de impulsar otros similares, incorporando la cooperación entre agricultores a otras regiones del planeta.

* Los países de la región NENA incluyen a , Arabia Saudita, Argelia, Bahrein, Egipto, Irán, Iraq, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Mauritania, Marruecos, Omán, Qatar, Sudán, Siria, Túnez, los Emiratos Árabes Unidos y Yemen.

fao.org