Era el primer partido después de que el Bayern se proclamase campeón de Alemania 2018 y reinaba el ambiente festivo en el Allianz Arena el sábado de la victoria 5-1 (2-1) ante el Borussia Mönchengladbach. Los hinchas cantaban «Deutscher Fußball Meister» (campeón alemán) y los jugadores hicieron un partido digno de un campeón. «El partido ha tenido que ser para los espectadores como el día de Pascua o Navidad» elogiaba Uli Hoeneß.
No lo pareció al principio, y es que los muniqueses se complicaron las cosas ante el equipo del Bajo Rin. Jupp Heynckes hizo siete cambios en su once inicial y eso se notó. «Hemos necesitado 20 o 25 minutos para encontrar nuestro ritmo» opinaba el entrenador. El Gladbach entró en el partido de inmediato y mereció adelantarse en el marcador con el gol de Josip Drmic (9′).
Un regalo para Heynckes
Ese gol supuso a la postre el único disparo a la meta de Sven Ulreich durante los 90 minutos. Los muniqueses recordaron lo que les había pedido su entrenador y lo trasladaron al terreno de juego. «Quería que ganáramos ante su Gladbach» reveló Sandro Wagner, quien le dio la vuelta al partido en cinco minutos antes del descanso (37′ y 41′). Ese impulso lo llevó el Bayern al segundo tiempo.
El campeón alemán puso a los potros contras las cuerdas con estupendas combinaciones. «Cogimos el cetro, el equipo fue muy dominante. Estoy contento por las estupendas jugadas, las ocasiones de gol y, por supuesto, los goles» alabó Heynckes a su equipo. Thiago (52′), David Alaba (67′) y Robert Lewandowski (82′) fueron los artífices del merecido 5-1 final. «Heynckes nos ha dado tanto a nosotros y el equipo en los últimos meses. Es bonito poder darle algo a cambio» se alegra Wagner por la promesa cumplida.
Mantener el ritmo
El Bayern lo dio todo en el partido, a pesar de haber logrado ya el campeonato, también por su entrenador. Un ejemplo de ello es la lucha del balón dividido por Niklas Süle, quien hizo un gran sprint en el 51′ para desactivar una contra del Gladbach, y es que alcanzó al rapidísimo Thorgan Hazard y le arrebató el balón sin cometer falta. «Queremos mantener el ritmo. Estamos hambrientos de éxito, queremos ganar nuestros partidos, porque de otro modo sería peligroso para la Copa» aclaraba Heynckes sobre el potente partido de su equipo.
Al Bayern le esperan grandes compromisos, y ya el martes juega la semifinal de la Copa DFB en Leverkusen. «Nos enfrentaremos a un buen equipo que está en buena forma» advirtió Sebastian Rudy. Eso vale también para el Bayern y sus hinchas, que coreó el ya conocido «super Bayern, super Bayern» de cara a las próximas citas contra el Bayer y el Real Madrid. El buen juego del equipo sobre la cancha da esperanzas para más días de celebraciones.