- Tan solo disputó un Mundial con Colombia, el de Italia 1990
- Manuel Neuer es el arquero actual que más le gusta
- «Hoy yo sería feliz jugando para un equipo como el Barcelona»
El colombiano René Higuita jamás pasó desapercibido. Dentro del campo de juego resultó un arquero con un estilo propio, particular y arriesgado, que supo dejar huella en el puesto.
Afuera, esas cualidades lo transformaron en un personaje igual de colorido y extrovertido, pero a la vez de opiniones firmes y contundentes. Allí también se convirtió en una marca registrada.
FIFA.com dialogó con él sobre su manera de atajar, su influencia en los arqueros de hoy y las posibilidades de Colombia en la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018.
Pese a marcar una época en el arco, solo disputó la edición de 1990. ¿Qué le dejó la Copa Mundial en su carrera?
Marcas muy bonitas, pues ese equipo recuperó mucho tiempo perdido. Colombia llevaba 28 años sin asistir a un Mundial, por lo que significó volver a figurar en muchos niveles: como futbolistas y como país. Fue un despertar del fútbol colombiano. Cuando uno va a un Mundial vienen cosas muy buenas. Es llegar al top de la carrera. No es lo mismo estar jugando torneos internacionales con el club de tu país que un Mundial.
Se lo señaló como responsable de la eliminación. ¿Le recuerdan mucho aquel gol de Roger Milla en octavos de final?Al término de mi carrera han sido más las cosas positivas que los errores, aunque uno fue esa jugada contra Camerún. Pero miremos que después de ver a René Higuita jugar así se cambió el reglamento. Se decidió que los arqueros tengan que jugar con los pies: a usted le devuelven el balón y ya no la puede agarra de nuevo con las manos. Eso no lo han logrado Pelé, ni Maradona ni Messi.
Y vino un colombiano y más o menos les dijo a todos: “esta es la ley Higuita, así tienen que jugar los arqueros”. Con sus equivocaciones, claro, pero eso hacíamos nosotros. Le dábamos importancia al valor y al balón.
El cara a cara entre René y Roger.
Una audacia que conlleva sus riesgos…
En ese momento (NdR: 23 de junio de 1990, en Nápoles) estábamos perdiendo 1-0 y todos debíamos arriesgar. Sume nuestra inexperiencia. Si hubiésemos perdido 2-0, 3-0 o 4-0 no había ningún problema. El problema vino cuando (Bernardo) Redín marcó el 2-1. Ahí los medios retroceden y dicen “si Higuita no se equivoca, empatábamos”. Fue injusta tanta crítica porque en el fútbol no existe un pasado, sino el presente. Y ese presente son los noventa minutos.
¿Se ignora el mérito de Milla en la jugada?
Hoy yo sería feliz jugando para un equipo como el Barcelona, dándole el balón al jugador más alejado, haciendo el uno-dos, encontrando jugadores libres… ese es el fútbol que evoluciona cada día.
¿De dónde nace ese estilo Higuita?
Es algo natural. En aquella época me decían que copiaba a Hugo Gatti. Recuerdo ir de pequeño al estadio y ver a buenos arqueros que, cuando llegaban al balón antes que el delantero, lo tiraban al lateral. Arqueros excelentes bajo los tres palos y yo pensaba, “¿no pueden jugar con los pies?”. Si el balón no sale está en juego, y mientras esté en juego el equipo tiene la posibilidad de ir y marcar. ¿Para qué lo la vamos a dar al rival?
O sea que todo se explica desde su fascinación por el balón…
Yo veía el balón como a un juguete, ese regalo de Navidad que le traen a uno en diciembre y usted no lo quiere soltar. ¡Y si lo suelta pelea por él! Yo no quería pelear por el balón, quería tener mi balón. Y quería que mi equipo tuviera ese balón. Así interpreté el fútbol, así cambiaron las normas.
¿Qué arqueros le gustan actualmente?
Manuel Neuer, el alemán. Simple y sencillo. Viene, juega, ayuda a su equipo, ¡excelente! Hoy día hay que trabajar más a los arqueros con los pies porque es una obligación. Y a uno le da un parámetro para decir que se hicieron cosas importantes, que otros copiaron y analizaron. Me siento feliz de lo que hice, con todos mis errores. Pero no fue ni payasada ni por poner al equipo en riesgo. Lo sentía y veía que era la mejor manera para que mi equipo ganara.
Colombia viaja a Rusia a intentar mejorar lo hecho en Brasil 2014. ¿Qué tan lejos puede llegar?
Uno desde afuera siempre le desea lo mejor. Y ahora que está en el campeonato del mundo, lo menos que uno puede pedir es que sea una sorpresa: volar bajito, volar bajito… pero que al llegar allá los equipos se encuentren con ese monstruo de Colombia que tiene jugadores como James Rodríguez, Falcao y otros más que juegan afuera. Tengo toda la fe en estos muchachos y en su cuerpo técnico.
¿Es James el líder de este equipo de José Pekerman?
Es un líder natural. Por eso es hoy el máximo representante de nuestra selección y de nuestro país, y como tal lo valoramos. Ha conseguido todo con capacidad, humildad y trabajo. Es un jugador completo: marca, tiene mucha técnica y es un jugador de equipo. Sabe mandar un buen centro, hacer goles, llegar por sorpresa. Es para cualquier equipo del mundo.
¿Lo puede comparar con alguno de su generación?
Con el Pibe (Carlos Valderrama). A él se le pedía velocidad, aunque él tenía velocidad en la cabeza. Era rápido mentalmente, el distinto de nuestra época. Y el de más experiencia: había estado en Francia cuando nosotros recién salíamos del país. Después se abrió ese mercado y hoy vemos con satisfacción la cantidad de colombianos por el mundo.
¿Y David Ospina? ¿Qué puede aportar desde el arco?
Al igual que James y Falcao, Ospina forma parte de la columna vertebral. Juega bien con los pies aunque, por el sistema, no tiene que salir o arriesgar demasiado. Aunque cuando ha tenido que salir, lo ha hecho. Mire: si hay condiciones para dominar el balón y salir jugando pues muy bien, pero si hay que rechazarlo a la tribuna también. Todo es válido. Lo importante es mantener el cero. La seguridad no se consigue sólo con tapadas; la seguridad la da el que lleva peligro. Y ese es el que lleva el balón. No hay una sola manera de defender. Yo tenía la mía
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