“Ya llevo 11 títulos aquí. Lo único malo es que esto significa que me estoy haciendo mayor”, ha bromeado Rafa Nadal al finalizar su undécima final en el Real Club Tenis Barcelona, la más corta de la historia en número de juegos: 6-2, 6-1, que equivale a 15 juegos, uno menos que los de la final de 2014 que disputaron Kei Nishikori y Santiago Giraldo.
Nadal ha levantado por undécima vez el trofeo Conde de Godó con lo que pone el Barcelona Open Banc Sabadell en la misma órbita que el Masters 1.000 de Montecarlo, donde la semana alcanzó también su undécima corona. 11 finales y 11 victorias. Jamás ha perdido en Barcelona. Y este año por KO técnico con un marcador apabullante que marca la actual diferencia entre el mejor tenista de la historia en tierra batida y un serio aspirante a sucederle.
El partido, que no ha tenido la emoción por esa extraordinaria diferencia, ha servido para admirar de nuevo el poderío del mallorquín y su forma física actual que le convierte en un jugador fuera del alcance de cualquier adversario.
“Lo más difícil es siempre mantener el nivel alto de forma continuada –ha dicho-. El primer día no estuve bien, pero he ido mejorando a lo largo de la semana”. Nadal ha logrado el segundo título de 2018 igualando así a Roger Federer, Roberto Bautista y Juan Martín del Potro. Nadal seguirá otra semana más como número 1 del mundo con los mismos 100 puntos de diferencia que mantenía ante Federer.
El griego Tsitsipas, la sensación de esta semana en Barcelona, no ha podio hacer nada ante la tormenta de golpes de Rafa, que sin embargo ha tenido palabras muy consideradas hacia él: “Es un jugador fantástico al que sólo le falta el normal proceso de maduración para alguien de su edad”.
Nadal sigue con su racha de imbatibilidad en sets, partidos y finales. Está escribiendo una de las páginas más extraordinarias de la historia del tenis y del deporte general.
Aunque la final de este año es la más corta en juego, en tiempo le superó la de Martin Mulligan e Ingo Buding de 1968 que ganó el australiano en tres sets, 6-0, 6-1, 6-0 en 52 minutos. Entonces no había descanso y se jugaba al mejor de tres sets.
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