La Amazonía cubre el 60 % de la superficie de Perú y genera una amplia variedad de productos que las poblaciones locales utilizan en actividades esenciales para su vida, como son la medicina o la cocina.

Uno de los grandes problemas de la región es que se ve fuertemente amenazada por la deforestación, que arrasa alrededor de 170.000 hectáreas cada año, dañando la zona y las personas que en ella residen.

En este contexto, la organización no gubernamental Amazónicos por la Amazonía de Perú pone en contacto a las comunidades nativas y los grandes cocineros peruanos con el objetivo de fomentar la producción y el consumo de los alimentos de la zona.

Productos con sabor a conservación

La asociación utiliza la gastronomía como una plataforma de desarrollo.

La promoción parte de las poblaciones amazónicas, que durante miles de años han incorporado estos productos a su forma de vida. “Es necesario empezar desde las comunidades, porque son ellos los que habitan esas montañas, navegan esos ríos, comen esos peces y se alimentan del agua de esas palmeras”, indica Karina Pinasco, directora ejecutiva de la organización.

Permitir que la gastronomía de Perú se mantenga en la élite mundial.

Cerca de ochenta comunidades presentan sus productos y técnicas culinarias a los maestros de la cocina, quienes se encargan de adoptarlos para sus creaciones. De esta manera, los grandes cocineros del país, desde la élite del sector, se encargan de promocionar la despensa que les ofrece la Amazonía.

En palabras de Miguel Tang, director del Programa Economías Verdes de la organización, se trata de “permitir que la gastronomía de Perú se mantenga en la élite mundial generando modelos de desarrollo a través del aprovechamiento sostenible de los recursos de los bosques amazónicos”.

Desarrollo a todos los niveles

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Miguel explica que este modelo constituye una nueva tendencia que puede dar lugar al desarrollo económico de las comunidades a partir de los recursos que tiene el bosque, sin necesidad de sembrar cultivos no sostenibles.

Con productos como la semilla de macambo, un fruto amazónico de la familia del cacao, se puede cocinar un guiso y producir helado o mantequilla, pero también se puede disminuir la erosión del suelo y, por lo tanto, prevenir la deforestación.

“El ADN de la Amazonía es mantener la diversidad de los bosques, produciendo alimento y servicios ambientales”, añade Miguel.

Pero la organización no solo trabaja en favor del progreso económico y el desarrollo ambiental, sino que también promueveel avance social.

Por ejemplo, la Concesión para la Conservación Alto Huayabamba se encarga, entre otras cosas, de la producción de quinoa orgánica en los bosques altos andinos. Como parte de su acuerdo con la concesión, en doce años, se han generado alrededor de mil puestos de trabajo y se ha conseguido que cerca de tres mil niños puedan disminuir su índice de malnutrición.

Una cuestión de orgullo

Amazónicos por la Amazonía de Perú utiliza la gastronomía, desde la producción de alimentos hasta la restauración, para integrar a los peruanos y conseguir que se sientan orgullosos.

Un intercambio de saberes y de sabores.

“El sentido de pertenencia, el sentirnos orgullosos y tener una identidad cultural fuerte es una parte importante para recrear, todos, un modelo de desarrollo diferente. Porque si tú no valoras lo que tienes y lo que eres es más complejo, porque siempre vas a estar copiando los modelos que viene de fuera”, señala Karina.

De esta forma, la gastronomía ayuda a valorar la biodiversidad y constituye un aliciente adicional a la hora de conservar los bosques.

“Un intercambio de saberes y de sabores”, concluye Karina.