¿Adónde depositará Alemania toda la basura de plástico, ahora que China canceló casi todas las importaciones de residuos? El temor podría disiparse: de la montaña de desechos plásticos podría resultar una oportunidad para un mejor ciclo de uso y para terminar con la «sociedad de lo desechable».
Antes, Alemania enviaba por barco 1,5 millones de toneladas de residuos plásticos hacia la República Popular de Hong Kong. China necesitaba esos desechos para fabricar, entre otras cosas, patitos de juguete y suéteres de polar. El negocio con la basura también era lucrativo para Alemania, ya que el país asiático pagaba cerca de 20 euros más por tonelada de basura plástica que las empresas recicladoras alemanas. Pero eso ya es historia: Pekín cuenta ahora con un sistema de reciclaje de plástico propio.
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Es por eso que ahora los desechos del plástico se depositan en almacenes distribuidos a lo largo del país, de norte a sur. A esos residuos se suman restos de textiles, de papel y escorias de metal, que también esperan a convertirse en otros productos. Pero para los municipios, la enorme cantidad de residuos se está convirtiendo en un grave problema.
«Se debe ampliar la cadena de reciclaje»
Para Peter Kurth, presidente de la Federación Alemana de la Industria de Gestión de Residuos (BDE, por sus siglas en alemán), «no solo se trata de mejorar la recolección y selección de la basura plástica, sino que también los productores de embalaje tienen que reorientarse». La industria del envasado produce bolsas, celofán y bandejas hechas de compuestos de varias capas que son muy difíciles de separar para el reciclado. Y eso tiene que cambiar de inmediato, subraya Kurth, quien también exige de la política normas más severas para el reciclaje y una distribución más justa a nivel municipal: «Las empresas privadas también tienen que comprometerse, no solo las estatales».
Nuevas normas de la UE para la cuota de reciclaje
Además, para fines de 2018 se planea una adecuación de la cuota de reciclaje a la reglamentación de la Unión Europa. Mientras, hasta el momento, se debe reciclar un 36 por ciento del material plástico, hasta 2022 se reciclará, paso por paso, un 63 por ciento de dicho material en la UE. «Es todo un desafío para la industria de gestión de desechos», señala Peter Kurth. El sector alemán de maquinarias ya tomó una clara posición al respecto. El resultado se puede ver en la Feria de la Industria de Gestión de Residuos (IFAT), desde el 14 hasta el 18 de mayo, en Múnich, donde más de 3.000 expositores presentan sus novedades.
Por ejemplo, la compañía Steinert, de Colonia, desarrolló una máquina separadora de celofán fino, muy difícil de seleccionar porque se deshace con facilidad: se trata de la «UniSort Film», que comprime el celofán con presión de aire. La empresa también construye aparatos para separar plástico por colores, madera y metal. Lo más problemático es reciclar láminas plásticas finas, que están hechas de varias capas de plástico, papel y regranulado. Para separar esos materiales, la empresa APK, de Merseburgo, Sajonia-Anhalt, desarrolló un disolvente que separa el polietileno de la poliamida. Luego, una máquina limpia los materiales, que pueden volver a ser utilizados.