Más de 50 entidades europeas crean la Red Europea de Investigación en Montaña (NEMOR por sus siglas en inglés), que coordina el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF-UAB), para promover la investigación sobre las montañas.
Los integrantes de NEMOR, que se presentó en Barcelona, han elaborado un documento para que la Comisión Europea (CE) reconozca las montañas como un espacio único para testar los efectos del cambio climático, luchar contra la despoblación y donde impulsar nuevos proyectos de economía circular, entre otros.
El coordinador de la nueva red, Bernat Claramunt (CREAF), ha asegurado que “la revolución del siglo XXI se puede dar en las montañas” que, según ha destacado, son un laboratorio idóneo y un ambiente natural clave para afrontar los retos socioeconómicos y ambientales de este siglo.
Los fundadores de NEMOR creen que estudiar las montañas europeas y hacerlas más resistentes al cambio climático y a la actividad humana marcará un antes y un después en la historia de Europa.
“Desde el punto de vista ambiental debemos tener presente que el 80 % del agua de lluvia que circula por Europa proviene de las montañas, y que el 60 % de las especies que encontramos en las montañas podrían desaparecer en los próximos 50 años”, ha advertido Claramunt, investigador del CREAF y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
Ambiental, social y económica
De hecho, NEMOR ya ha propuesto coordinar una investigación en las tres dimensiones en las que se enmarcan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU: ambiental, social y económica.
Las montañas ocupan un tercio del territorio europeo, son el hogar de una quinta parte de la población europea, y reciben un 17 % del turismo total en Europa, “por lo que centrarse en proyectos de investigación e innovación en estos ambientes puede tener un impacto inimaginable”, ha subrayado Claramunt.
Las montañas y el cambio climático
Los científicos expertos en montañas han alertado del efecto del cambio climático, que ha hecho que durante el último siglo la temperatura haya aumentado el doble de rápido en las montañas que en las zonas bajas y el número de días que nieva ha disminuido gradualmente durante el último siglo (sin tener en cuenta años excepcionales como este 2018).
Desde 1850, los glaciares pirenaicos han perdido el 80 % de su superficie, y los de los Alpes, un 40 % de media.
Según Claramunt, las montañas son también un reservorio de biodiversidad incuestionable y un refugio para especies forestales que huyen del cambio climático en busca de ambientes más frescos y húmedos.
Los responsables de la nueva red han avanzado que ya están pensando en crear una red de valles verdesa nivel europeo. EFEverde