Cuando se trata de la contaminación por plásticos, los números son bien conocidos. Más de 8 millones de toneladas de desechos plásticos ingresan a nuestros océanos todos los años. Se compra un millón de botellas de plástico cada minuto. 100.000 animales marinos mueren a causa del plástico anualmente.

A menudo estos números invaden la información pública, pero la magnitud del problema puede engendrar tan solo una sensación de impotencia.

El arte ha ayudado a la sociedad a superar la brecha entre el problema y la acción casi desde que el humano talló una figura de un animal en la pared de una cueva. No es diferente hoy. Donde los hechos y las cifras pierden influencia, las obras de arte aún pueden causar impacto. Eso explicaría por qué en los últimos años han proliferado las obras de arte hechas con desechos plásticos.

Abundan los ejemplos, desde el masivo «Happy Happy«, creado a partir de 1.7 millones de artículos de plástico en Seúl hasta el pequeño «Plasticide» hecho con diminutos microplásticos en Londres.

Para celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente este año, ONU Medio Ambiente organizó 12 instalaciones de arte en Asia y el Pacífico bajo el tema #SinContaminación por plásticos. Al igual que con otras obras de arte, el objetivo era hacer preguntas a los transeúntes con la esperanza de que pudieran contribuir a una solución.

Las exhibiciones variaron entre lo abstracto, lo fantasioso y lo cultural.

En Auckland, Nueva Zelanda, el artista local Brydee Rood creó una manga de viento de la mitad del tamaño de un campo de fútbol, hecha con bolsas de plástico, y la llamó «Que los vientos no nos lleven al mar».

Auckland
Una instalación artística en Auckland (ONU Medio Ambiente)

Bali fue testigo de la presentación de «Baruna Murthi». Basándose en la cultura y la mitología balinesas, la escultura es una representación de Baruna, el dios del mar, que está furioso debido a las enormes cantidades de desechos plásticos que llegan al mar. Debido a su ira, Baruna transformó su cara en un pez león gigante.

Bali
«Baruna Murthi» en Bali (ONU Medio Ambiente).

Un arquitecto de Hong Kong demostró hábilmente nuestra actitud desdeñosa hacia los residuos plásticos al crear una esfera de plástico de 400 kilogramos y pintarla en pintura negra de alta tecnología extremadamente densa que casi no refleja la luz. La esfera similar a un agujero negro es aproximadamente del mismo volumen que los desechos de plástico que generan los habitantes de Hong Kong cada minuto.

Hong Kong
Presentación en Hong Kong (ONU Medio Ambiente)

En Bangkok se presentó una serie de puertas construidas con bolsas de plástico. El número de bolsas recolectadas para la instalación, unas 50.000, representa el número aproximado que se desecha en Bangkok en un minuto.

Bangkok
Una instalación hecha de plástico en un centro comercial en Bangkok. (ONU  Medio Ambiente)

Reutilizando residuos plásticos en Pekín, un grupo de artistas construyó pergaminos gigantes en los que se proyectaban refranes chinos tradicionales sobre la naturaleza.

Beijing
Pergaminos plásticos en Pekín (ONU Medio Ambiente)

Mientras tanto, en Singapur, la escultura de una oruga de 120 metros crecerá en el transcurso de un mes a medida que se agregan más y más botellas de plástico.

Singapore
Una porción de la escultura de una oruga en Singapur (ONU Medio Ambiente)

Y en Rangún, una ola de botellas de plástico amenazó con ahogar a una ballena -también de plástico- que nada a través del centro comercial Junction City.

Yangon
Instalación en Junction City Mall, Rangún (ONU Medio Ambiente)

Se instalaron otras piezas en Davao, Manila, Shanghái, Seúl y Tokio.

Cambiar las mentes y los hábitos no es fácil. Pero donde las palabras fallan, el arte prospera.