Hace apenas unos días, el guardaparques Respect Mathebula fue asesinado en el Parque Nacional Kruger en Sudáfrica mientras rastreaba a unos sospechosos de caza furtiva de rinocerontes. Su muerte recuerda las dificultades y los peligros que enfrentan los guardaparques en todo el mundo.
Para conmemorar el trabajo de quienes protegen los tesoros naturales del planeta y honrar a los que han muerto en cumplimiento de su deber, cada 31 de julio se celebre el Día Mundial del Guardaparque, una iniciativa de la Federación Internacional de Guardaparques.
En Sudáfrica, ONU Medio Ambiente y el Departamento de Asuntos Ambientales trabajan unidos para intensificar la lucha contra los delitos ambientales a través del fortalecimiento de capacidades de los guardaparques y la mejora de sus condiciones de trabajo.
La iniciativa de cuatro años (2014-2018), conocida como Proyecto Rinoceronte, es financiada por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) y está enfocada en la conservación y uso sostenible de especies, con énfasis en los rinocerontes.
El GEF, con fondos adicionales del Departamento de Estado de Estados Unidos, proporcionó unidades móviles 4×4 para atender las escenas de los crímenes contra la vida silvestre. Estas son utilizadas por Inspectores de Gestión Ambiental apoyados por guardaparques.
Una de las tareas clave de los guardaparques es proteger las escenas del crimen y preservar la evidencia antes de que llegue la unidad móvil. Al mismo tiempo, deben ofrecer protección de los cazadores furtivos y de otros animales, como los leones.
«Las unidades móviles tienen todo lo necesario para recolectar muestras en la escena del crimen, incluida una necropsia completa del rinoceronte muerto», dice Michael Strang, Gerente del Proyecto Rinoceronte.
«Reflectores y una valla eléctrica, ambos energizados con un generador móvil, nos otorgan una medida de seguridad frente a los leones hambrientos. Hace dos semanas, uno de nuestros inspectores fue llamado a investigar el cuerpo de un rinoceronte víctima de la caza furtiva y no tuvo tiempo de buscar la unidad móvil. Cuando llegó, una manada completa de leones ya estaba comiendo al rinoceronte. Afortunadamente, logró salir con vida», relata Strang.
Las muestras de ADN de la escena del crimen de los rinocerontes se analizan en un laboratorio financiado por ONU Medio Ambiente y GEF dentro del Laboratorio de Genética Veterinaria de la Universidad de Pretoria. Desde el inicio del proyecto en 2014, se han solicitado más de 700 muestras en casos judiciales relacionados con la caza furtiva.
El proyecto también ha provisto kits para recolectar muestras de rutina y almacenar ADN de rinoceronte. Estas muestras se suman a la base de datos de ADN de la especie más completa de Sudáfrica, que permite a los investigadores comparar el ADN de los cuernos de rinoceronte incautados y determinar los vínculos con las rutas comerciales ilegales y los grupos del crimen organizado.
Entrenamiento necesario para mantenerse en la delantera
El Proyecto Rinoceronte también apoya la capacitación de guardaparques, investigadores, fiscales y magistrados. Más de 1.250 guardaparques de grado 5 completaron la capacitación en habilidades cruciales en octubre de 2017.
Además, se ha implementado nueva tecnología para adelantarse a los cazadores furtivos y compensar la escasez de mano de obra. El llamado Programa de Optimización de Patrullas, financiado con fondos adicionales de Estados Unidos, se apoya en las últimas innovaciones para asistir a distancia a los guardaparques que están en el campo.
Otra tecnología nueva incluye sensores de monitoreo de la salud de los rinocerontes que transmiten datos a través de una serie de antenas Wi-Fi conocidas como LoRa. Dicha tecnología no solo salva a los rinocerontes, sino que también proporciona a los guardaparques conocimientos técnicos que aumentan sus capacidades generales.
Como parte del proyecto, también se inició un programa piloto con la unidad de lucha contra la caza furtiva Black Mamba, que está compuesta solo por mujeres, en la reserva natural privada Balule. Esto ayudó a la unidad a desplegar equipos en áreas estratégicas y obligar a los cazadores furtivos a alejarse de los rinocerontes.
En los últimos 12 meses,128 guardaparques han muerto haciendo su trabajo alrededor del mundo, de acuerdo con la Federación Internacional de Guardaparques.
La organización trabaja con aliados en todo el mundo para garantizar que los parques terrestres y marinos del mundo, y la flora y fauna que viven en ellos, estén protegidos contra el vandalismo, la caza furtiva, el robo, la explotación y la destrucción. Fue fundada en 1992 y reúne a 90 asociaciones de guardaparques de más de 50 países.
La Federación define guardaparque como una «persona involucrada en la protección práctica y la preservación de todos los aspectos de las áreas silvestres, sitios históricos y culturales».
Para más información: Jane Nimpamya: Jane.Nimpamya[at]un.org, Frances Craigie: Craigie[at]environment.gov.za o Michael Strang: MStrang[at]environment.gov.za