La explotación minera submarina «puede implicar la desaparición de ecosistemas marinos antes incluso de que los podamos catalogar», ha advertido el coordinador de relaciones internacionales del Instituto Español de Oceanografía (IEO) Carlos García Soto durante la Asamblea General de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (AIFM) de la ONU en su reunión de Kingston (Jamaica).
Esta organización busca un equilibrio internacional entre la “inminente” explotación minera generalizada por parte de diversas empresas y la protección medioambiental de los fondos marinos profundos.
Los costes medioambientales de esta actividad son “importantes” puesto que el fondo marino es “el hábitat más desconocido del planeta” y las especies que viven a esas profundidades son “altamente sensibles, con una tasa de recuperación muy lenta y a veces de imposible recuperación”.
La actividad minera pude conducir a la exposición de estos organismos a metales pesados, además del impacto que puedan recibir de los residuos originados por el refinamiento in situ.
Desde 2001, la AIFM ha concedido 29 licencias de exploración de minerales, paso previo a la explotación, para un área de 1,3 millones de kilómetros cuadrados, pero en enero de 2010 el Parlamento Europeo solicitó una moratoria en todas las actividades de minería submarina “hasta que no se conozcan sus riesgos e impactos”.
En el caso de España, “nunca ha solicitado una licencia de minería submarina” lo que la coloca “en una situación única de liderar, desde la fuerza de esta declaración europea, la protección medioambiental mundial”, ha concluido este experto.