El inicio del verano en el hemisferio norte ha estado marcado por condiciones meteorológicas extremas, como temperaturas que superan los récords registrados, olas de calor, sequías y precipitaciones con consecuencias catastróficas. Esto ha afectado considerablemente a la salud de las personas, la agricultura, los ecosistemas y las infraestructuras, y ha provocado incendios forestales devastadores.
Todo indica que el año 2018 será uno de los más calurosos jamás registrados, con nuevos récords de temperaturas en muchos países, lo cual no es sorprendente. Las olas de calor y el calor extremo que estamos viviendo son coherentes con los efectos esperados del cambio climático causado por las emisiones de gases de efecto invernadero. No se trata de un escenario futuro; está sucediendo ahora”, dijo la señora Elena Manaenkova, Secretaria General Adjunta de la OMM.
La persistencia de altas temperaturas en algunas regiones, como en el norte de Europa, se debe a un sistema de altas presiones estacionario. Esto es común durante el verano en ambos hemisferios. Por lo general, la corriente en chorro es menor en verano y en ocasiones se debilita más de lo habitual, generando buen tiempo en la superficie; se trata de un núcleo de vientos fuertes que se produce a unos 10 kilómetros por encima de la superficie de la Tierra, que sopla de oeste a este y conduce las condiciones meteorológicas por todo el globo.
La interacción entre la atmósfera y el océano Atlántico, que modula las pautas de la temperatura de la superficie del mar en escalas de tiempo decenales, podría ser otro factor detonante de situaciones de bloqueo atmosférico en verano. Esas pautas de la temperatura de la superficie pueden influir en la probabilidad de ocurrencia de bloqueo estival.
Existen numerosas investigaciones científicas sobre la contribución del cambio climático y cambios sustanciales en la temperatura de la superficie del mar a un efecto más pronunciado en la alteración de la circulación atmosférica y a más “situaciones de bloqueo”.
Sequías y calor en el norte de Europa
Durante el mes de junio se produjo una clara divisoria meteorológica entre el norte y el sur de Europa, la cual persistió durante buena parte del mes de julio, registrándose en el norte de Europa temperaturas muy por encima de la media. Para principios de agosto se han previsto olas de calor en España y Portugal, donde posiblemente se van a batir récords.
En Europa, el Centro Regional sobre el Clima para la vigilancia del clima de la OMM, cuyo funcionamiento está a cargo del Servicio Meteorológico de Alemania (DWD), emitió un aviso de vigilancia del clima con orientaciones sobre sequías y temperaturas superiores a la media, válido desde el 19 de julio hasta el 6 de agosto. En el producto orientativo, utilizado por los Servicios Meteorológicos Nacionales para emitir avisos y predicciones a escala nacional, se hace referencia a “la continua situación de sequía y a las temperaturas por encima de lo normal en el norte de Europa (desde Irlanda hasta los países bálticos y Escandinavia) durante al menos las próximas dos semanas”.
“Se han predicho semanalmente unas anomalías en la temperatura entre +3 ºC y +6 ºC (en partes de la primera semana entre +6 ºC y +10 ºC). La probabilidad de que las precipitaciones sean por debajo de los tercilos más bajos es superior al 70 % en la primera semana y superior al 50 % en la segunda. Esta sequía podría estar acompañada por escasez de agua, tormentas, riesgo de incendios y pérdidas de las cosechas, ya que se reduce la humedad del suelo”.
En plena ola de calor en Escandinavia, las temperaturas alcanzaron los 30 ºC en el Círculo Ártico. El 17 de julio se registraron temperaturas récord de 33,5 ºC en Badufoss (Noruega) y 33,5 ºC en Kevo (Finlandia). Además, Makkaur, en el extremo norte de Noruega, se ha visto influenciado por un viento cálido que ha provocado un nuevo récord de temperaturas mínimas, con 25,2 ºC registrados durante la noche del 18 de julio.
Finlandia vivió el mes de julio más caluroso desde que hay registros, según los primeros datos del Instituto Meteorológico de Finlandia.
“Los impactos han sido múltiples. Además del calor, la sequía simultánea ha generado graves problemas para la agricultura: se calcula que las pérdidas de las cosechas serán de entre el 30 y el 50 %. Se espera un aumento de la mortalidad entre las personas de edad. Las poblaciones urbanas, en particular, han sufrido los efectos de las noches tropicales. Más adelante dispondremos de las cifras correspondientes”, dijo el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas, que actualmente visita su país de origen.
“La temperatura del agua de los lagos y del mar han sido entre 5 y 6 °C superiores a lo normal, lo que ha propiciado la proliferación de algas más intensa registrada en el mar Báltico en las últimas décadas. Este fenómeno no solo ha contaminado el agua para los seres humanos y los animales, sino que también ha provocado problemas en los sistemas de refrigeración de las centrales nucleares”, dijo el señor Taalas, quien añadió, «en el lago Saimaa, el más grande de Finlandia, he tomado una medición de 27 °C en la temperatura del agua a un metro de profundidad».
La ola de calor vino seguida de un mes de mayo extremadamente seco y caluroso en el norte de Europa. Esto supuso un alto riesgo de incendios forestales por toda Escandinavia y la región del Báltico. En Suecia se produjeron los peores incendios forestales de la era moderna, con cerca de 50 incendios a mediados de julio (http://copernicus.eu/news/copernicus-ems-rapid-mapping-activated-forest-fires-central-sweden).
Durante la noche del 24 de julio, los fuertes vientos han avivado los incendios que han causado decenas de víctimas mortales cerca de Atenas. Se trata de una de las peores tragedias de Grecia en años, cuyo origen no se conoció de inmediato. El 23 de julio se registraron temperaturas de 38 ºC y vientos fuertes provenientes del oeste.
En Irlanda se registraron olas de calor en 15 estaciones sinópticas durante más de 5 días consecutivos con temperaturas máximas superiores a 25 ºC y sequías absolutas en todas sus estaciones. Por otro lado, el Reino Unido sufrió su comienzo del verano más seco, con tan solo 47 mm registrados entre el 1 y el 16 de julio. La Oficina Meteorológica del Reino Unido ha afirmado que el mes de julio fue el tercero más cálido jamás registrado.
En Francia se batió un nuevo récord en julio, con más de 10 días de temperatura mínima nocturna por encima de 20 °C.
Armenia padeció una ola de calor del 29 de junio al 12 de julio. La temperatura media diaria del aire estuvo entre 4 y 7° C por encima de lo normal, con valores superiores en 9 °C en algunas regiones. El 12 de julio en Areni se registró un nuevo récord de 42,6 °C.
La combinación de precipitaciones escasas y de temperaturas que superan la media, así como de olas de calor, se debe a unas condiciones anticiclónicas persistentes. La principal preocupación es la producción agrícola (especialmente de cereal y de heno), mientras que a nivel local se notifican interrupciones y restricciones de los suministros de agua. Hasta mediados de julio no se esperan lluvias significativas, ni que vuelva a la normalidad la predicción de temperaturas en ese mes, según el Observatorio Europeo de la Sequía del programa Copernicus (http://edo.jrc.ec.europa.eu/)
Temperaturas extremas
El Japón registró uno de los meses de julio más calurosos en el país (el más caluroso jamás registrado en el este del Japón y el segundo más caluroso en el oeste).
El Japón ha sufrido una intensa ola de calor. La red de observación nacional dispuesta por el Servicio Meteorológico del Japón (JMA) registró en 200 de un total de 925 estaciones temperaturas máximas que superaban los 35 ºC durante el 15 de julio. El 19 de ese mismo mes, el JMA emitió un aviso por altas temperaturas durante el 24 y el 2 de agosto. El 23 de julio se registraron en Kumagaya 41,1 ºC, un nuevo récord de temperatura diaria, y en Ome 40,8 ºC, según el JMA. Ambas ciudades están próximas a Tokio. Estos episodios peligrosos de altas temperaturas y humedad se produjeron mientras el Japón trataba de recuperarse de las peores inundaciones y deslizamientos de tierra en décadas (véase más abajo).
Además de emitir numerosos avisos informativos sobre temperaturas extremadamente elevadas, el JMA ha creado mapas de análisis del tiempo que se actualizan cada hora, en los que se muestra cómo se distribuyen las condiciones meteorológicas.
Smoke from California’s many wildfires spreads as far east as Salt Lake City in this image, which was captured by NASA’s Aqua satellite on July 29, 2018.Credit: NASA/Goddard Space Flight Center Earth Science Data and Information System (ESDIS) project |
La Administración Meteorológica de Corea emitió un aviso importante para varios días, alertando de temperaturas máximas de más de 35 ºC, ya que algunas temperaturas diarias registradas superaron las cifras récord. Se señaló que no se esperaba ningún cambio sustancial en el sistema de presión y que era probable que las altas temperaturas perduraran hasta finales de julio.
El 5 de julio se registró una temperatura máxima de 51,3 ºC en Ouargla, situada en la parte argelina del desierto del Sáhara. Es probable que sea la temperatura fiable más alta jamás registrada en Argelia. Según el Archivo de Fenómenos Meteorológicos y Climáticos Extremos de la OMM, Kebili (Túnez) figura actualmente como el lugar de África que ha alcanzado la temperatura más alta (55 ºC), registrada en julio de 1931. No obstante, han surgido dudas respecto a la fiabilidad de los récords de temperaturas registradas durante la época colonial en África.
El 28 de junio se registró durante 24 horas una temperatura mínima de 42,6 ºC en Qurayyat, al sur de Mascate, en la costa de Omán, esto es, la temperatura más fría durante la noche no estuvo por debajo de esa. Aunque la temperatura “baja” más alta no se incluye actualmente como una categoría en el Archivo de Fenómenos Meteorológicos y Climáticos Extremos de la OMM, se cree que es la temperatura más alta en este caso registrada por un termómetro.
Entre el 3 y el 10 de julio varias zonas del Norte de África sufrieron una ola de calor y en Marruecos se registró una temperatura récord de 43,4 ºC en Bouarfa. También se esperan altas temperaturas para la semana del 23 de julio.
El 8 de julio la estación meteorológica de Furnace Creek registró una temperatura de 52 ºC en el parque nacional del Valle de la Muerte de California (Estados Unidos). La estación mantiene el récord de la temperatura más alta registrada en la Tierra, con 56,7 ºC registrados el 10 de julio de 1913.
Otras zonas de California también se vieron afectadas por un calor extremo. En el centro de Los Ángeles se registraron temperaturas mínimas de 26,1 ºC durante la noche el 7 de julio, mientras que en Chino, cerca de Los Ángeles, se alcanzó la temperatura récord de 48,9 ºC. En el aeropuerto de Burbank también se superó el récord de los 45 ºC que se registraron en 1971 con los 45,6 ºC del 6 de julio, y el Aeropuerto de Van Nuys alcanzó una temperatura máxima de 47,2 ºC, según el Servicio Meteorológico Nacional de los Estados Unidos.
El Servicio Meteorológico Nacional emitió un aviso por calor excesivo en el sureste de California y en el suroeste y la parte sur de la zona central de Arizona, válido hasta el 25 de julio. Advierte de que en el valle de Las Vegas podrían alcanzarse temperaturas de hasta 46 ºC y de 53 ºC en el parque nacional del Valle de la Muerte. El 30 de julio se estableció un nuevo récord de temperatura mínima cálida en el Valle de la Muerte, al no bajar de los 39,4 °C (103 °F). El 23 de julio, en Waco (Texas), se registró un récord histórico de 45,6 °C.
El tiempo cálido y seco contribuyó a que se produjeran incendios forestales destructivos, especialmente en los estados del oeste del país.
En el Canadá, la combinación de una ola de calor con la elevada humedad de la provincia de Quebec causó decenas de muertes que afectaron, sobre todo, a los sectores más vulnerables de la población y a la tercera edad.
Al mismo tiempo, en algunas partes del este del Canadá se registró un breve retorno del invierno, con nieve en algunas zonas de Terranova y Cabo Bretón (Nueva Escocia) y temperaturas de -1 ºC en San Juan de Terranova y Halifax. Es raro que estos fenómenos meteorológicos característicos del invierno se produzcan tan tarde. Es la primera vez que ocurre desde 1996.
En junio de 2018 las temperaturas fueron extremadamente altas en gran parte del norte de Siberia, y siguieron esa tendencia durante la primera semana de julio. El Centro Hidrometeorológico de Rusia del este de Siberia emitió un aviso de temporal debido a que se registraron temperaturas de más de 30 ºC durante más de cinco días, que se espera que se mantengan entre el 9 y el 16 de julio. Esto supone un alto riesgo de incendios forestales, así como de interrupciones de la energía eléctrica, el trasporte, de los servicios públicos y de que se produzcan ahogamientos en el agua al intentar escapar del calor. En la región de Krasnoyarsk se registraron anomalías diarias de 7 ºC por encima de la media y los incendios afectaron a cerca de 80 000 hectáreas de bosque.