Probablemente, solo los más viejos del lugar recordarán aquel día en el que un rival quiso jugar a fútbol contra España. Tal día como este 8 de septiembre de 2018 Inglaterra nos regaló ese honor. Ante noventa mil espectadores, y en su estadio nacional, nobleza obligaba. Jugó y dejó jugar.
Y España no sorprendió, porque Luis Enrique había avisado: cuatro defensas, tres medios y tres delanteros; circulación rápida de balón entre jugadores con calidad; presión a morder tras pérdida de balón; sorpresas en largo… Todo eso lo hizo bien ante una Inglaterra que se adelantó por velocidad con un gol de Rashford. Dio igual. España jugó, lo hizo Rodrigo para asistir a Ñíguez, que marcó, a su estilo, su primer gol con España. Lo hizo David de Gea, con una mano de lo que es, portero grande, para evitar el gol inglés. Y lo hicieron los hermanos Thiago y Rodrigo Moreno, fabricando de una falta el segundo.
En Wembley sonaron «oles» para el juego español, el «a por ellos» desde los casi tres mil de los nuestros. Y tras el descanso, el estadio se enfrió entre la lesión de Shaw y el dominio de balón de los de Luis Enrique. Volvieron los modos de siempre, con el rival encerrado y saliendo a arreones, ante una España que manejaba el balón con velocidad. Lo probó Thiago con una volea mágica, y estuvo a punto de conseguir el tercero Saúl.
De lo mejor que tuvo Inglaterra fue Rashford, y de lo mejor que tiene España es De Gea, que firmó dos paradas prodigiosas en el tramo final.
Tras su triunfo en Wembley, los de Luis Enrique se medirán este martes, en Elche, a los subcampeones, Croacia, dentro de la joranda 2 en la UEFA Nations League.
rfef.es