Utilizando un prototipo de automóvil, la adolescente colombiana Vanessa Restrepo logró utilizar agua como fuente de energía, en este caso como sustituto de combustible en el pequeño vehículo. Partiendo de la premisa de que el cuerpo humano esta constituido, en buena medida, por agua, y que a su vez requiere tanta energía, la joven replico bioquímicamente el procesos celular que aprovecha el agua como fuente de energía. Y funcionó.

 

En entrevista para un diario de su país, Vanessa es tajante al compartir cual es su principal fuente de inspiración (‘casualmente’ la misma que la de todos los grandes inventores):

Para mí, la naturaleza es la máxima expresión de la tecnología. La evolución de los seres vivos lleva muchísimo más tiempo que los seres humanos. Nosotros somos nuevos. Entonces, nosotros hacemos un teléfono, luego un celular, luego un Blackberry, luego un iPhone y cada vez se tienen más respuestas. Pues resulta que la evolución de los seres vivos tiene tantas incontables preguntas como innumerables respuestas.

La alquímica proeza de esta científica de 20 años le ha valido convertirse en la investigadora más joven de la prestigiada Universidad de Oxford. Y si bien su descubrimiento apenas ha sido aplicado en un vehículo de pequeña escala, diversos especialistas afirman que esta línea de investigación tiene altas probabilidades de revolucionar el futuro energético.