Spottail Grunt (Haemulon maculicauda), Cacaluta Bay, Huatulco Bays National Park, southern Mexico, August

Zoilo Carrillo.- EFEverde.- Ante la degradación en los arrecifes del Pacífico mexicano, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y organizaciones no gubernamentales han puesto en marcha medidas de protección que mitiguen las amenazas que sufren los corales.

El cambio climático, la acidificación del océano y el mal manejo del turismo son las principales causas del deterioro que sufren los corales, explicó a EFE el investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) Héctor Reyes.

Crecimiento de los arrecifes

El biólogo marino afirmó que, según un monitoreo comparativo entre 1998 y 2018, el esqueleto de los corales es un 20 % menos denso, esto significa que no depositan el mismo carbonato de calcio que antes.

Pese a ello, los arrecifes siguen creciendo aunque el ritmo ha disminuido. Si antes tenían una tasa de crecimiento de un milímetro al año, ahora esa cifra, ya de por sí baja, es menor.

“El efecto del cambio climático se nota más fuerte, ya les cuesta más esfuerzo depositar el carbonato de calcio porque además el agua está muy ácida”, enfatizó.

Blanqueamiento

Para los corales, adaptarse a los cambios de temperatura aunada a la alta acidez del Pacífico es muy complicado. Según el experto, “tendría que pasar algo dramático, que se muriera toda la población y luego renaciera para que pudieran readaptarse”.

“Pero eso no va a pasar, lo que está haciendo el coral es aclimatarse a los cambios lentamente como población. A veces le funciona y a veces no”, explicó.

Algunos corales, con los cambios de temperatura se blanquean y mueren. Otros, en cambio, sí logran adaptarse, pues, aunque se blanqueen se recuperan con el tiempo.

Salud de los arrecifes

El experto dividió la adaptación en dos grupos, los perdedores, “la mayor parte de la estructura física, los que crecen más y los que depositan más carbonato de calcio y construyen el arrecife”, y los ganadores, “que, en cambio, son de crecimiento muy lento y no aportan gran cosa en el crecimiento del arrecife”.

“Lo que ocurre entonces es que el arrecife no crece. Se detiene”, indicó.

La salud de los arrecifes es fundamental para resistir los impactos de fenómenos meteorológicos como los ciclones, los cuales han aumentado su intensidad en los últimos años.

“Siguen resistiendo pero son más débiles, antes no se rompía el coral y ahora hay veces que sí se rompe”, aseguró.

Cambio climático

Sabiendo que el cambio climático es un fenómeno global y el pacífico mexicano es la zona marina más ácida a nivel mundial, el doctor en biología marina y pesquerías por la Universidad de Miami (UM) apuntó que lo único que queda es la protección.

Por ello, la Conanp y la organización CostaSalvaje han puesto en marcha ciertas acciones como la colocación de boyas en el parque nacional Archipiélago Espíritu Santo, al igual que hicieron anteriormente en Huatulco y Cabo Pulmo, también en el Pacífico, y en en la península de Guanahacabibes, en Cuba.

“Estamos implementando boyados de conservación que nos ayudarán a que las embarcaciones no claven su ancla y maten o dañen estas estructuras (los corales), ya que las embarcaciones, cuando no existen estas boyas, echan su ancla y dañan el fondo”, explicó a Efe Gabriela Ant, bióloga marina y directora de proyectos de conservación de CostaSalvaje en la costa de Oaxaca.

Turismo

Otra de las líneas de acción es trabajar con las empresas de servicios turísticos que llevan a los viajeros a interactuar con los arrecifes.

Esto se consigue “a través de capacitaciones en temas de buenas prácticas turísticas, vigilancia comunitaria y ordenamiento náutico”.

“Las malas prácticas turísticas incluyen que la gente que llega a hacer esnórquel en las zonas de coral puede llegar a pisar, a tocar e incluso a patear algunas colonias de coral”, explicó a Efe Rebeca Meléndez, coordinadora de corales de CostaSalvaje.

Para ello se ha elaborado un “manual de buenas prácticas” que también sirve de guía de interacción con el ecosistema de la zona y la identificación de la fauna local. EFEverde