Las autoridades de Indonesia elevan a 832 la cifra de víctimas mortales por los terremotos y el posterior tsunami que sacudieron la isla de Célebes el viernes pasado.
El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho, señaló en una rueda de prensa en Yakarta que 821 personas murieron en Palu y las restantes 11 en el distrito de Donggala.
Sutopo explicó que aunque continúan cortadas las comunicaciones con Donggala han podido recibir informes sobre estas muertes.
Palu, capital de la provincia de Célebes Central y una población de 350.000 habitantes, es la zona más castigada por el tsunami, y después Donggala, distrito con unos 277.000 habitantes situado a unos 30 kilómetros al noroeste del primero.
Un terremoto de 6,1 grados
La catástrofe comenzó con un terremoto de 6,1 grados que causó un muerto y 20 heridos y unas tres horas después ocurrió el seísmo de 7,5 grados y el posterior tsunami.
Los terremotos no han dejado de registrarse desde entonces en la región y mantienen en tensión a los habitantes.
El presidente de Indonesia, Joko Widodo, inició hoy una visita a las zonas más afectadas para ver la tragedia en persona y garantizar que la ayuda llega a todos.
“Quiero ver yo mismo y asegurarme de que la respuesta al impacto del terremoto y el tsunami en Célebres Central llega a todos nuestros hermanos allí. Pido a todo el país que rece por ellos”, escribió el mandatario en su cuenta de twitter antes de partir desde la isla de Java.
Continúan las tareas de rescate
Los problemas más acuciantes son rescatar a las personas atrapadas en los edificios derruidos, como ocurre con el Hotel Roa Roa de Palu; encontrar a los desaparecidos, asistir a los damnificados y restablecer los servicios básicos y las comunicaciones.
Sutopo señaló en la rueda de prensa que se habían reabierto varias carreteras, como la que conecta a Palu y Poso, ciudad principal situada a 112 kilómetros al sureste de la anterior.
Para contener los casos de robos y saqueos denunciados en Palu, las autoridades han autorizado a las víctimas de la catástrofe a conseguir provisiones en determinados comercios a cargo del Estado.
“Hemos acordado con (las cadenas) Alfamart y Indonmaret los productos que pueden obtener”, dijo hoy en Palu el ministro de Asuntos Internos, Tjahjo Kumolo, según los medios locales.
Otro problema son los presos que se han evadido de un presidio en Donggala aprovechando los daños causados en el recinto por los terremotos y que superan más la mitad de los 560 reclusos que había en la cárcel.
Indonesia se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica en la que cada año se registran unos 7.000 terremotos, la mayoría moderados.