El pugilista argentino superó al marroquí Yassine Elouarz en la final de la categoría welter y se quedó con la presea dorada. De esta manera, sumó la primera medalla Olímpica para el boxeo argentino desde la obtenida por Pablo Chacón en Atlanta 1996.
Brian Arregui, de 18 años, hizo historia al vencer a su oponente africano por decisión unánime (5-0) y así escribir una nueva página llena de gloria para el boxeo Olímpico argentino: es la primera medalla dorada para un boxeador nacional desde la consagración de Pascual Pérez en Londres 1948.
Al finalizar el combate, Arregui se unió en un abrazo con su equipo de trabajo en la esquina roja y, tras eso, bajó raudamente del cuadrilátero y se dirigió a la platea para tomar entre sus brazos a su pareja y su hija Briana.
“Tuve que dejar muchas cosas; a mis amigos, a mi familia y a mi mamá que siempre me apoyó en todo”, expresó al recordar que en enero de 2018 debió mudarse al Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD) para entrenar. “Es una felicidad tremenda ver a mi hija y a mis seres queridos en la tribuna. No tiene explicación vivir este momento con ellos, es el más feliz de mi carrera”, aclaró.
Camino hacia el vestuario, Brian se cruzó con el ex boxeador Marcos Maidana, campeón superligero de la Asociación Mundial de Boxeo, quien lo abrazó con fuerza y lo felicitó por el resultado: “Estoy muy contento, que me reconozca el Chino; es muy gratificante. No esperaba su gesto. Es uno de mis modelos a seguir”.
En su periplo Olímpico, el argentino había superado en dos ocasiones por fallo dividido al uzbeko Jakhongir Rakhmonov. En el combate final, impuso sus golpes y técnica con autoridad ante Yassine Elouarz. Cuatro de los jurados lo dieron como ganador por 30-27, mientras que el restante lo favoreció con 29-28.
“Veníamos trabajando muy fuerte para esto, tantos años de esfuerzo y sacrificio se ven reflejados en la medalla de oro. Ganamos bien la pelea”, comentó, tras lo cual agregó: “Le agradezco a mi entrenador que fue el único que confió en mí, que él esté en la tribuna y que se emocione de la manera en la que lo hizo me llena el alma. Estoy feliz de vivir este momento con ellos y con mis compañeros de Selección. Esto es el comienzo de muchas cosas”.
El joven oriundo de Villaguay, Entre Ríos, no ocultó sus emociones: “Todavía no caigo, creo que con el paso del tiempo me voy a dar cuenta. Nunca imaginé algo así. Ganar una medalla no te hace campeón, lo que lo hace es trabajar en el gimnasio”.
Con una gran concurrencia del público, el Pabellón Oceanía del Parque Olímpico de la Juventud se tiñó de celeste y blanco y estalló al grito de: “Y pegue, Brian pegue”. La algarabía de los espectadores no cesó en ningún momento: “En las tres peleas el aliento de la gente fue fundamental para levantarme en los momentos en los que estaba cansado”.
La presea de bronce quedó en manos de Jakhongir Rakhmonov, de Uzbequistán, quien derrotó a Nijat Hasanov por decisión unánime (5-0).
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