La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), Ecopetrol y su filial de Transporte y Logística de Hidrocarburos (CENIT) y Corponor, acordaron adelantar un programa de acción con el fin de actualizar el Plan de Gestión de Riesgos del Oleoducto Caño Limón Coveñas, uno de los más importantes del país y cuya extensión es de 773,9 kilómetros.

Este plan tiene cinco Ítem, cada uno con actividades, responsables, tiempos y entregables definidos que son: identificación de eventos amenazantes, estimación de áreas de afectación, elementos vulnerables, análisis y evaluación de riesgos y operatividad de los puntos de control.

En los 30 años de existencia, el oleoducto ha sufrido más de 1.400 atentados. Solo en lo transcurrido del presente año van 88 acciones de terceros contra la infraestructura, y a octubre de 2018 se han detectado 1.328 válvulas ilícitas para el robo de hidrocarburos en el Catatumbo.

El plan empezó el 9 del presente mes y se prolongará hasta mayo de 2019. En el caso de los eventos amenazantes de aquí a diciembre, se realizarán actividades relacionadas con la recopilación de la información del municipio de Toledo sobre amenazas naturales que pueden afectar el Oleoducto (con la participación del Servicio Geológico y Ecopetrol) y realización de jornadas de análisis de información, entre otros aspectos.

Frente a la estimación del área de afectación, el plan incluye la realización de un taller para la evaluación de áreas de afectación directas e indirectas y la identificación de pasivos huérfanos.

Con respecto a los elementos vulnerables, se tiene previsto la recopilación de información por parte de Corponor, así como la celebración de reuniones destinadas a la presentación de resultados.

El análisis y evaluación de riesgos contempladas en el plan incluye la presentación de medidas de prevención, en tanto que el último ítem relacionado con la operatividad de los puntos de control establece reuniones de evaluación, verificación en campo de áreas y visita a las bodegas de almacenamientos de equipos.

Todas estas actividades buscan robustecer el plan de contingencia, fortalecer la cooperación interinstitucional y minimizar las afectaciones ambientales en caso de que se presenten eventos imprevistos en el Oleoducto.