Pudo ser mejor. Junior ganaba 3-0 y prácticamente sentenciaba la serie semifinal ante Águilas en el partido de ida, pero en los últimos minutos se relajó más de la cuenta, realizó algunos cambios que nos surtieron efecto positivo y el adversario terminó recortando la diferencia 3-2. Sin embargo, los Tiburones firmaron una valiosa victoria y pegaron primero en el asalto inicial de la pelea por avanzar a la final de la Liga.
Después de un primer tiempo para el olvido en ambos equipos, Luis Díaz, en dos ocasiones, y Jarlan Barrera pusieron en ventaja a los rojiblancos 3-0.
El período inicial resultó lento y tedioso. Junior controlaba el esférico, pero de forma estéril, sin producir opciones de gol ante un local con disposición de visitante. Águilas se atrincheró en su portería más preocupado por evitar goles que por generarlos.
Sebastián Viera solo se ensució el buzo en un tiro libre de Carlos Ramírez sin gran peligrosidad, mientras que Juan Valencia se estrenó los guantes en un disparo cruzado y rasante de Teófilo Gutiérrez. Esa acción del delantero barranquillero, que se dio tras una tocata que él mismo inició, fue lo más destacado en las áreas en toda la etapa inicial.
El resto del trámite del primer round fue para el bostezo. El anfitrión se mantuvo con actitud conformista y precavida, mientras el forastero trató de buscar el arco rival, pero con demasiada frialdad y desaciertos.
Sin emociones en las áreas, sin roles protagónicos de los arqueros, se bajó el telón de los primeros 45 minutos. Los dos elencos se fueron a los vestidores a recibir, muy seguramente, muchas indicaciones de sus entrenadores.
En el segundo tiempo, aparecieron los goles. Díaz, al minuto 49, demostró que este semestre tiene afinada la puntería y apretó el gatillo para concretar una diana. Fue un disparo certero tras un rebote. Jarlan Barrera, con una anotación antológica al minuto 52, bañando al arquero desde fuera del área, puso el 2-0. Y Díaz, de nuevo, esta vez al minuto 70, aprovechando una mala salida del portero rival y un centro de Piedrahíta, anotó de cabeza el 3-0 que parecía la lápida del partido y la serie.
Estaba más cerca el cuarto de Junior que el descuento de las Águilas. Pero en medio de ese panorama favorable, los dirigidos por Julio Comesaña como que se relajaron más de la cuenta y en un tiro de esquina, ese viejo tormento para los defensores rojiblancos, se presentó el descuento de Carlos Ramírez, que dio aire y envalentonó a los integrantes del equipo antioqueño.
Corría el minuto 85. Ya era la agonía del juego y de Águilas, que agarro una bocanada más de oxígeno con un penal que Humberto Osorio Botello aprovechó para poner el 3-2 final. No se goleó, no se liquidó la serie, pero al fin y al cabo, victoria es victoria.
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