- Han recogido las primeras señales que la Agencia Espacial Europea tiene de la constelación completa Galileo en la Antártida.
- El continente antártico ha sorprendido a los cuatro expedicionarios con temperaturas más elevadas de lo que esperaban.
La expedición científica Antártida Inexplorada 2018-2019, la primera del mundo libre de emisiones gracias al eco-vehículo polar Trineo de Viento, acaba de aterrizar en el hielo y se prepara para iniciar la travesía de 2.000 kilómetros, en las cercanías de la base científica rusa de Novolazárevskaya, a cuyo aeródromo había llegado el pasado sábado desde Ciudad del Cabo (Sudáfrifca).
Los cuatro expedicionarios –el jefe de expedición Ramón Larramendi, el biólogo Ignacio Oficialdegui, el ingeniero Manuel Olivera y el técnico y guía polar Hilo Moreno- han sido depositados hoy, 12 de diciembre, por un avión Vessler en el ‘plateau’, el desierto de hielo antártico, a unos 180 kilómetros de la base rusa, con todo su equipamiento: el Trineo de Viento desmontado, unos 200 kilos en materiales científicos para los diferentes proyectos que desarrollaran, así como comida suficiente para permanecer unos 80 días, si bien su previsión es permanecer 50 o 55 jornadas, que son las que consideran suficientes para culminar con éxito el recorrido de 2.000 kilómetros planificado.
La expedición, patrocinada por la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco y la agencia Tierras Polares, ya ha marcado un primer hito científico, al recoger las primera señales de la constelación completa de satélites Galileo, el sistema de posicionamiento europeo, para la Agencia Espacial Europea (ESA), que colabora en esta pionera travesía científica ‘cero emisiones’.
Los miembros de la expedición lograron detectar desde el aeródromo de Novolazárevskaya un total de 16 de los 26 satélites que la ESA tiene en órbita desde el pasado mes de julio. Hasta ahora no se había podido testar su funcionamiento en la Antártida, siendo éste uno de los trabajos científicos que tienen encomendados los expedicionarios. Asimismo, con los dispositivos de ESA y GMV localizaron satélites otros sistemas de posicionamiento (el norteamericano GPS, el ruso GLONASS, etcétera).
En las próximas horas, los cuatro miembros de la expedición tienen previsto montar el eco-vehículo polar e iniciar la travesía si las condiciones de viento son propicias, así como comenzar la recogida de muestras para los otros 10 proyectos de investigación que participan en Antártida Inexplorada 2018-19. Entre otros, recogerán muestras de aire polar para investigadores del proyecto MicroAirPolar de la Universidad Autónoma de Madrid, datos meteorológicos para la Aemet y realizarán perforaciones en el hielo de entre cuatro y seis metros de profundidad para el estudio del cambio climático, un proyecto del Instituto de Cambio Climático de la Universidad de Maine (EEUU).
Los miembros de la expedición lograron detectar desde el aeródromo de Novolazárevskaya un total de 16 de los 26 satélites que la ESA tiene en órbita desde el pasado mes de julio.
En total, en las próximas semanas, su ruta de 2.000 kilómetros les llevará a ascender hasta el Domo Fuji, la segunda altura más elevada del interior de la Antártida, a 3.810 metros de altitud, donde se encuentra una base japonesa. Ello supone que deberán ascender unos 700 metros de desnivel desde el punto en el que han sido depositados, con la única fuerza del viento y arrastrando cerca de dos toneladas de peso. También tienen previsto pasar por la base científica norteamericana Plateau, desde la que regresarán al punto de partida hacia mediados de febrero.
Ramón Larramendi, creador del Trineo de Viento y responsable de esta expedición, ha señalado, en comunicación vía satélite, que todo se desarrolla según los planes, si bien les sorprendió el buen tiempo que hay este verano austral en la Antártida: “Cuando hemos llegado a la costa las temperaturas eran de 6ºC bajo cero, con mucho sol, y nos comentaron que está haciendo muy buen tiempo, lo que no es una buena noticia para nosotros, que necesitamos viento para movernos”. Cada día deberán reportar a la base rusa su posición exacta y su estado, como medida de seguridad. Si no hubiera contacto en 48 horas, se pondría en marcha un dispositivo de rescate.
Durante su estancia previa en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), los miembros de Antártida Inexplorada 2018-2018 tuvieron ocasión de compartir su proyecto con miembros de bases polares que han mostrado su interés en el eco-vehículo polar Trineo de Viento como una opción para hacer ‘ciencia cero emisiones’ en el frágil ambiente antártico.
Por: ECOticias.com / Red / Agencias