La comunidad internacional consiguió  en la cumbre del clima (COP24) de Katowice (Polonia) sellar las reglas que permitirán aplicar el Acuerdo de París contra el cambio climático.

Tras negociaciones maratonianas que se han sucedido durante los últimos trece días, los representantes de 197 países han logrado pactar el denominado “libro de reglas” que regirá la lucha contra el calentamiento global durante las próximas décadas.

El acuerdo final incluye una referencia al informe científico que apela a la importancia de acometer cambios “urgentes y sin precedentes” para limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1,5 grados, tras una gran controversia que amenazó con frustrar la cumbre.

Ribera

“Tenemos una serie de decisiones que hacen operativo el Acuerdo de París y que son tremendamente robustas y operativas”, explicó la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.
Para Ribera, esta especie de hoja de ruta supone “un motor de cambio” que permitirá ir avanzando hacia una mayor ambición, en línea con el contenido de ese informe científico de Naciones Unidas (IPCC, en sus siglas en inglés).

Uno de los logros de este acuerdo ha sido el de establecer un conjunto de reglas comunes, un mecanismo de transparencia, para que cada país informe de sus avances en la lucha contra el cambio climático al resto de la comunidad internacional.

El anuncio del acuerdo de la cumbre de Katowice, que oficialmente debería haber terminado ayer, se ha retrasado en varias ocasiones por la falta de consenso, fundamentalmente por la negativa a última hora de Brasil a una modificación del actual sistema que regula el mercado de carbono.

Guterres

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, aseguró que el documento consensuado en COP24 “demuestra la resistencia del Acuerdo de París como hoja de ruta para la acción climática”.
La aprobación hoy del “libro de reglas” para implementar el Acuerdo de París “es la base de un proceso de transformación que requerirá más ambición reforzada por parte de la comunidad internacional”, expresó Guterres en un mensaje leído en el plenario de la cumbre por la secretaria ejecutiva de la ONU para el Cambio Climático, Patricia Espinosa.

El documento consensuado en Katowice incluye una referencia al informe científico que apela a la importancia de acometer cambios “urgentes y sin precedentes” para limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1,5 grados, tras una gran controversia que amenazó con frustrar la cumbre en Polonia.

“La ciencia ha demostrado claramente que necesitamos una mayor ambición para derrotar el cambio climático”, subrayó Guterres, quien aseguró que, “de ahora en adelante”, sus prioridades en materia de lucha contra el cambio climático serán “ambición, ambición, ambición, ambición y ambición”.
“La ambición será el eje central de la próxima cumbre del clima, que se reunirá en septiembre de 2019 (en Chile)”, añadió.

Cara y cruz de Cop24

Las principales organizaciones ecologistas han valorarado el paso que supone la cumbre del clima (COP24), donde se han establecido las reglas que permitirán aplicar el Acuerdo de París, aunque lamentaron la falta de ambición del texto consensuado.

“Los líderes mundiales presentes en Katowice han logrado avances importantes pero, aun así, lo que hemos visto en Polonia revela una falta de comprensión fundamental por parte de algunos países de la crisis actual” que vive el planeta, dijo el portavoz de cambio climático del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Manuel Pulgar.

“Afortunadamente, el Acuerdo de París está demostrando ser resistente a las tormentas de la geopolítica global, por lo que ahora necesitamos que todos los países se comprometan a aumentar la ambición climática antes de 2020, porque el futuro de todos está en juego “, añadió.

Para Florent Marcellesi, eurodiputado español de EQUO en el grupo Verdes/ALE que ha estado durante toda la semana en COP24 siguiendo las negociaciones climáticas:  “Esta cumbre climática es una gran decepción. Las decisiones y la acción climática de los gobiernos están cada vez más alejados de las demandas ciudadanas y los análisis científicos.

El objetivo de esta cumbre era establecer compromisos políticos y reglas concretas sobre la mejor manera de poner en marcha el Acuerdo de París y mantener el calentamiento global por debajo de 1.5 grados. Si bien se han conseguido algunos progresos técnicos, lo que piden millones de ciudadanos no son solo reglas técnicas sino una alta ambición alineada con el informe de los científicos internacionales. Esta ambición supondría un mejor clima y grandes oportunidades económicas con millones de empleos de calidad. 

Para Greenpeace, el acuerdo de Katowice sabe a poco “ante la necesidad de una acción más ambiciosa y urgente, especialmente después de las evidencias claras que han llegado desde la comunidad científica”.

La organización ecologista cuestiona la “falta de liderazgo de la presidencia polaca (de la cumbre)”, ya que la negociación tuvo que ser finalmente “salvada” por los negociadores de Naciones Unidas.

Más crítica fue la coalición Justicia Climática, que recordó las palabras de la adolescente sueca de 15 años Greta Thunberg, quien durante esta COP24 habló ante delegados y afirmó que “los sufrimientos de muchos van a pagar los lujos de unos pocos”, y lamentó que este mensaje sirve para resumir los resultados obtenidos.

El coordinador de Energía Limpia del Movimiento Ciudadano contra el Cambio Climático, Antonio Zambrano, dijo que en Katowice los intereses de los países ricos, “que han desoído sus obligaciones morales y legales, harán que los países pobres corran solos con los efectos del cambio climático”.

Estados Unidos recibe las principales críticas, ya que ha sido durante esta cumbre el más escéptico ante los resultados del Informe Científico del Comité de expertos de Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés) y, según estas organizaciones, ha intentado en todo momento que los países en desarrollo asuman la misma responsabilidad que los más desarrollados.

Brasil también ha merecido las críticas de los colectivos ecologistas, ya que su postura negativa a modificar la regulación del mercado de carbono fue uno de los principales escollos que demoraron llegar a un acuerdo en Polonia.

“Brasil ha promovido permitir que los especuladores se beneficien de sus bosques a través de los bonos de carbono”, lamentó el director de War on Want, Asad Rehman, quien subrayó que “pese a que el comercio de carbono es una política fallida, Brasil sigue promoviéndolo” en “una copia a las políticas de Donald Trump”, el presidente estadounidense. EFEVerde