Lowell Rebillaco se crió en una granja familiar en Filipinas.

“Cuando era niño soñaba con ayudar no solo a mi familia, sino a nuestros vecinos que también son agricultores”, dice Rebillaco. “Quiero ayudarlos mejorando la productividad de su granja para que tengan más ingresos y un mejor acceso a servicios básicos como la sanidad, la educación, los mercados, y que puedan permitirse un poco de ocio”.

Como empleado del Departamento de Agricultura, utiliza herramientas innovadoras como los drones, su experiencia técnica en gestión de datos y evaluación de proyectos para ayudar a otros agricultores a mejorar su trabajo. Esto incluye asesorar a los agricultores sobre técnicas de cultivo mejores y elaborar informes sobre la vegetación, la salud de los cultivos y, en el caso de catástrofes naturales, evaluar los daños a los cultivos y al ganado producidos por las inundaciones, los terremotos, las erupciones volcánicas y las plagas.

Rebillaco también participa en un proyecto conjunto del Departamento de Agricultura de la FAO que utiliza tecnología de drones de vanguardia para desarrollar informes sobre el tamaño y la salud de los cultivos, y acelerar el proceso de determinación de la magnitud de los daños a los cultivos de los agricultores en caso de desastres naturales.

Izquierda: La información que ofrecen los drones se utiliza para desarrollar informes sobre la extensión y la salud de la vegetación y de los daños en el supuesto de desastres naturales. © FAO/Veejay Villafranca. Derecha: Rebillaco (D) y el Coordinador de Emergencias de la FAO Abet Aduna, comentan los datos sobre las inundaciones causadas por las recientes lluvias monzónicas. © FAO/Veejay Villafranca

“Filipinas sufre casi 20 tifones por año, por lo que nuestros agricultores experimentan pérdidas producidas por las calamidades. Este programa de drones ha cambiado nuestro trabajo porque reduce el tiempo dedicado a la validación del volumen total de daños”.

Los drones de ala fija pueden recorrer hasta 200 hectáreas en solo treinta minutos, mientras que una persona puede inspeccionar aproximadamente siete hectáreas por día. Las imágenes se pueden usar para examinar una variedad de condiciones, que incluyen inundaciones e infestación por plagas y, en algunos casos, para disminuir las repercusiones de tales amenazas mediante la programación de cosechas apropiada. Otro ejemplo es el uso de información generada por drones para el diseño de los canales de riego.

“Ahora que estoy en el Departamento de Agricultura, tengo la oportunidad de ayudar a nuestros agricultores”, dice el ingeniero agrónomo Lowell Rebillaco. © FAO/Veejay Villafranca

Aunque Rebillaco ha podido utilizar su experiencia para ayudar a otros agricultores y mejorar también sus propios cultivos, dice que a menudo los agricultores locales fortalecen el trabajo del gobierno compartiendo sus propios conocimientos y experiencia.

“La media de edad de la mayoría de nuestros agricultores es de 57 años, por lo que el tiempo promedio que han dedicado a la agricultura es de más o menos 30 años. Hemos aprendido mucho de ellos porque tienen más experiencia que nosotros”. Lowell añade que le gustaría que sus propios hijos continuaran con la tradición familiar.

Al trabajar con los gobiernos para compartir tecnología y conocimientos, la FAO los empodera para pasar a la acción y formar parte del objetivo mundial de lograr el Hambre Cero.