Con motivo del Año Internacional de las Lenguas Indígenas, proclamado por las Naciones Unidas para 2019, nuestra revista El Correo de la UNESCO ha decidido rendir homenaje a los pueblos indígenas en su primer número de este año. Titulado “Cuando bebas agua, recuerda la fuente”, el número está dedicado a las lenguas indígenas y a las comunidades que las hablan.
En Filipinas, por ejemplo, el gobierno promueve el uso de las lenguas maternas en las escuelas, pero no financia a maestros ni materiales que permitan a los niños indígenas aprender en su idioma. Una situación similar existe en Isla de Pascua (Chile), donde el español absorbe al rapanui a un ritmo vertiginoso, con significativas consecuencias negativas en los valores de la comunidad.
La supervivencia de una lengua también depende de los medios de comunicación, pero los medios indígenas de América Latina, por ejemplo, tienen muchos problemas que superar, a pesar de que en ocasiones gozan de legislaciones nacionales favorables. En África, es precisamente esa legislación nacional la que falta, pese a que a nivel regional los países están oficialmente comprometidos con la defensa de los derechos de los pueblos indígenas.
En Canadá, el proyecto Siku, desarrollado por los inuits, demuestra su capacidad para combinar los conocimientos más antiguos con las tecnologías más modernas. Otro proyecto, llamado Wapikoni, permite a los jóvenes de las Primeras Naciones florecer a través de la creación audiovisual.
En El Correo se examinan también cuestiones relacionadas con los idiomas y conocimientos indígenas en otras latitudes: entre los fiyianos del Pacífico, los dong de China, los samis de Laponia sueca, los bahimas de Uganda, los maoríes de Nueva Zelandia y los mixtecos de México.
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