El grado de calentamiento del planeta es excepcional. Las temperaturas registradas desde 2015 son un claro signo de un cambio climático a largo plazo. El frío extremo registrado en Norteamérica este enero no refuta la tendencia, sino que se trata de una consecuencia de los dramáticos cambios en el Ártico.
Los últimos cuatro años son un claro signo del cambio climático a largo plazo debido a concentraciones récord en la atmósfera de gases de efecto invernadero.
“2015, 2016, 2017 y 2018 han sido confirmados como los cuatro años más cálidos registrados”, informó la Organización Meteorológica Mundial este miércoles en Ginebra.
La OMM publicó un análisis consolidado de cinco bancos de datos internacionales que demostraron que la temperatura media global de la superficie en 2018 fue aproximadamente de 1ºC por encima de las temperaturas preindustriales (1850-1900).
El año pasado fue el cuarto más cálido registrado hasta el momento. El primero continúa siendo el 2016, que fue influenciado por un fuerte evento de El Niño y se ubicó 1,2º C por encima de la época preindustrial.
Los 20 años más cálidos registrados han sido en los últimos 22 años.
«La tendencia de la temperatura a largo plazo es mucho más importante que la clasificación de años individuales, y esa tendencia es ascendente. Los 20 años más cálidos registrados han sido en los últimos 22 años. El grado de calentamiento durante los últimos cuatro años ha sido excepcional, tanto en la tierra como en el océano«, explicó el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
Taalas aseguró que las temperaturas son solo una parte de la historia ya que el clima extremo y de alto impacto afectó a muchos países y millones de personas en 2018, con repercusiones devastadoras para las economías y los ecosistemas.
“Muchos de los eventos climáticos extremos son consistentes con lo que esperamos de un clima cambiante. Esta es una realidad que debemos enfrentar. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y las medidas de adaptación al clima deberían ser una de las principales prioridades mundiales «, recalcó.
Etiopía sufrió una sequía grave a causa de El Niño. Foto: FAO/Tamiru Legesse
El 2019 comenzó con el calor que dejó el 2018
Australia tuvo el enero más cálido registrado en su historia, con olas de calor sin precedentes en su escala y duración.
El estado de Tasmania fue azotado con destructivos incendios forestales. Según la Oficina de Meteorología del país, ha habido un aumento a largo plazo en el clima extremo que causa los incendios y se ha extendido la duración de esta temporada en gran parte del país de Oceanía.
Según la OMM, las intensas olas de calor son cada vez más frecuentes como resultado del cambio climático.
El calor extremo del hemisferio sur ha contrastado con el frío extremo de algunas partes de norteamérica en el mes de enero, algo que no refuta el cambio climático, explica Taalas.
“El Ártico se está calentando al doble del promedio mundial. Una gran fracción del hielo en la región se ha derretido. Esos cambios están afectando los patrones climáticos fuera del Ártico en el hemisferio norte. Una parte de las anomalías frías en las latitudes más bajas podría estar relacionada con los cambios dramáticos en el Ártico. Lo que sucede en los polos no se queda en los polos, sino que influye en el clima y las condiciones climáticas en latitudes más bajas, donde viven cientos de millones de personas», dijo.
UNICEF/Vlad SokhinUna niña camina por las capas de hielo del Ártico en Barrow, Alaska. La pérdida de hielo en el Ártico es uno de los efectos del calentamiento global.
La reacción del Secretario General
António Guterres aseguró en un comunicado emitido por su portavoz que los datos publicados por la OMM son «preocupantes» y confirman la urgencia de abordar el cambio climático, como se destaca en el reciente informe especial del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático sobre los impactos de llegar a 1,5º C por encima de los niveles preindustriales.
Guterres recordó que limitar el aumento de las temperaturas requerirá transiciones rápidas y de largo alcance en la tierra, la energía, la industria, los edificios, el transporte y las ciudades» y que las emisiones de dióxido de carbono emitidas por los humanos caigan al menos un 45% para 2030.
«El Secretario General señala que, para hacer estas transformaciones, necesitamos aumentar significativamente el nivel global de acción y ambición climática. La Cumbre de Acción Climática del Secretario para el próximo 23 de septiembre de este año tiene como objetivo movilizar la voluntad política para aumentar la ambición para el logro de los objetivos del Acuerdo de París y también demostrará una acción transformadora en todas las áreas donde sea necesario», explicó su portavoz, Stéphane Dujarric.
La Cumbre se centrará en nueve áreas clave: ambición de mitigación; transición energética; transición de la industria; soluciones basadas en la naturaleza; infraestructura, ciudades y acción local; financiamiento climático y fijación de los precios del carbono; resiliencia y adaptación; factores sociales y políticos; y movilización.
El informe completo
La OMM emitirá en marzo su Declaración completa sobre el estado del clima en 2018. Este informe proporcionará una visión general de la variabilidad y las tendencias de la temperatura, los eventos de alto impacto y los indicadores clave del cambio climático a largo plazo, como el aumento de las concentraciones de dióxido de carbono, el hielo marino del Ártico y el Antártico, el aumento del nivel del mar y la acidificación de los océanos.
La declaración final incluirá la información presentada por una amplia gama de agencias de las Naciones Unidas sobre los impactos humanos, socioeconómicos y ambientales. Se trata de un esfuerzo para proporcionar un resumen de políticas de más amplio a nivel para los encargados de tomar decisiones sobre la interacción entre el clima, el agua y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.