Cada mañana, el sonido de las campanas del templo hindú resuena en la niebla y se mezcla con el canto de quienes se reúnen para ofrecer leche, incienso y flores de color rosa y naranja. Adoran a Shiva, el dios de la destrucción. Su trabajo es destruir el universo para luego crearlo de nuevo.
De la misma forma en que el metal puede fundirse y convertirse en una hermosa estatua, la fuerza de Shiva reside en la creación de algo nuevo. Donde hay perturbaciones surge la renovación, y por eso los fieles rezan por oportunidades y cambios positivos.
Ankit Agarwal, emprendedor y finalista de Jóvenes Campeones de la Tierra, contempla esto el día en el que se le ocurrió una gran idea. Al mirar el río Ganges —que proporciona agua a 400 millones de personas— se dio cuenta de una paradoja.
El Ganges tiene un profundo significado religioso para los hindúes. Millones de personas se bañan en sus aguas, a las cuales se les atribuye la facultad de quitar pecados. Sin embargo, está muy contaminado.
“Mientras pensaba en esto, un camión del templo descargó flores al río delante de mí. Es algo que he visto toda mi vida. No pensaba que las flores contaminaran, hasta que comencé a estudiar su ciclo de vida y me sorprendí”, dice Agarwal.
De residuos de flores a incienso
“Todos los días alrededor de medio millón de personas van a los templos y ofrecen flores, pero nadie piensa qué pasará después. Más de ocho millones de toneladas de flores se tiran al río cada año, junto con pesticidas tóxicos e insecticidas que se utilizan para cultivarlas”, explica Agarwal.
Hace tres años, cuando Agarwal comenzó a recolectar 18 kilogramos de flores al día provenientes de los pequeños templos de Kanpur, Uttar Pradesh —el estado más poblado de India—, la gente pensaba que estaba “loco”, relata. Entonces fundó la empresa social HelpUsGreen, con solo US$ 900.
Hasta la fecha la compañía ha recaudado US$ 1 millón en inversión. Al trabajar directamente con los templos cercanos al río Ganges, la empresa ha reutilizado 2.753 toneladas de flores y ha evitado que lleguen al río alrededor de 275 kilogramos de residuos de pesticidas.
Un pequeño camión lleva flores amarillas, anaranjadas y rosadas a los terrenos de la fábrica. A partir de ahí se clasifican y son rociadas con extracto orgánico para eliminar los pesticidas, luego son lavadas y enrolladas en palitos y conos de incienso.
“Las mujeres trabajan felices y todos se sienten cómodos apoyando este gran proyecto para salvar al río Ganges de la contaminación”, dice Deepak Mann, quien se fue de Delhi para formar parte de HelpUsGreen.
Actualmente la empresa apoya a 79 mujeres, pero Agarwal tiene la ambición de elevar el número a 5.000 para 2020. Anteriormente, la mayoría de las empleadas realizaban trabajos manuales difíciles en la ciudad o eran trabajadoras sanitarias con ingresos impredecibles.
La solución social
“No sólo se trata de cambiar de trabajo y tener salarios decentes. Ellas sienten que sus pecados son perdonados cuando trabajan con las flores. Además todas comen y beben agua juntos, estableciendo dignidad, respeto e igualdad”, explica Mann.
Gracias al trabajo las mujeres reciben tarjetas de identidad nacional y en la empresa se les enseña a firmar con su nombre, lo que les permite abrir una cuenta bancaria y obtener un seguro de salud. Al vivir en tugurios —y a menudo siendo analfabetas— no tendrían acceso a estos beneficios por sí mismas.
Puja Sonkar no tenía trabajo antes de escuchar sobre HelpUsGreen a través de un amigo. Tras un año de trabajo, ya cuenta con su propia tarjeta bancaria y ahorra para enviar a sus hijos a la escuela y que puedan alcanzar sus sueños.
Munni Devi se enteró sobre la compañía de incienso gracias a su hija. “Trabajaba en un hospital cercano y no recibía mi salario a tiempo. Cuando no te pagan, necesitas pedir prestado, yo solía pedirle agua fría a mis vecinos”, relata.
“Ahora tengo una nevera e incluso mis vecinos me piden agua. También puedo ahorrar dinero, algo que antes no podía hacer, y tenemos lo suficiente para comida y agua. Mis hijos más pequeños de 12 y 15 años van a la escuela. Como somos pobres, esa es la única salida «, dice Devi.
El abono hecho de los residuos de flores se vende a los agricultores, pero el valor real está en hacer los conos e inciensos orgánicos sin carbón ni químicos. Los embalajes biodegradables también se elaboran con flores y ahora se está probando el cuero orgánico.
Agrandando una gran idea
«Mi visión es garantizar que todos tengan los mismos derechos y oportunidades», dice Agarwal.
Él planea establecer una microempresa de flores que pudiera convertirse en franquicia, lo que permitiría aumentar el alcance de su iniciativa más rápidamente. “Para resolver este tipo de contaminación necesitamos al menos 10.000 personas como nosotros”, asegura.
“Los residuos que antes contaminaban el agua ahora han entrado de nuevo a la economía, generando ingresos y productos orgánicos más valiosos, así como oportunidades de trabajo y modelos de negocio. Este es el pensamiento que necesitamos para un futuro sostenible y con menos contaminación «, dijo Feng Wang, Oficial de Programas de ONU Medio Ambiente para el Ciclo de Vida.
En una pequeña sala de empaque, los carteles de la pared resaltan 13 fragancias con esencias de naranja, rosa, eucalipto y lavanda. Las cajas diseñadas cuidadosamente para clientes en toda India contienen los coloridos inciensos. Las flores destruidas fueron transformadas y se les dio una nueva vida.
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