Chemuyil y Chemuyilito son dos bahías que se encuentran ubicadas a un costado del Santuario de la Tortuga Marina en Xcacel, un área protegida de Quintana Roo. En esta zona de manglares anidan la tortuga blanca y la caguama, dos especies en peligro de extinción, como lo están más del 60% de las especies de tortuga del mundo.

Las causas de la extinción de las tortugas son muchas. Pero entre ellas, una de las que más graves impactos tiene es la construcción de grandes infraestructuras hoteleras, con la enorme demanda de recursos que implican, las modificaciones a las que someten a los ecosistemas y el turismo desmedido que acarrean. Y es que, además, este tipo de construcciones se realizan sin importar el daño que ocasionan, e incluso en áreas protegidas –pues como es sabido, dichas áreas se encuentran sometidas a actividades humanas dañinas–.

Este es ahora el caso de las bahías de Chemuyil y Chemuyilito, donde Grupo Posadas, una de las cadenas hoteleras más grandes del país, consiguió permiso federal para construir dos megahoteles con un total de 855 cuartos.

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Sin importar la cercanía de estas bahías con el Santuario de la Tortuga Marina, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) otorgó este permiso a las cadenas hoteleras en 2002, durante el sexenio de Vicente Fox. Tampoco les importó que el Santuario de la Tortuga Marina es el sitio más importante de anidamiento en el Atlántico para la tortuga blanca y la caguama, y que cada año las tortugas depositan ahí 500 nidos, según el Comité Estatal de Tortugas Marinas.

Firma la petición para evitar que destruyan el Santuario de la Tortuga Marina

Además, la Semarnat autorizó a los hoteles para colocar una barrera de arrecifes artificiales para restaurar las playas. Esto pone en evidencia el daño que provocarán a los manglares naturales, mismo que buscan “subsanar” con una solución artificial que sólo dañará el equilibrio natural de la zona. Además, los habitantes de las bahías ya han denunciado que la cadena hotelera, al no contar con instalaciones de drenaje, está tirando desechos sépticos en un cenote de Chemuyil, de acuerdo con un periódico local. Tal actividad pone en riesgo el delicado equilibrio de los ríos subterráneos de la zona.

No hay que olvidar que las playas son lugares públicos, y que cualquier tipo de privatización –así sea la que supone un área natural protegida– debe realizarse conforme a la ley y bajo supervisión de los habitantes de la zona, así como de los ambientalistas. Porque antes que nada, las playas son “propiedad” de la naturaleza. A nosotros sólo nos toca resguardarlas y cuidarlas.

Según La Jornada Maya, la inauguración del primer megahotel en esta zona de Quintana Roo se tiene programada para diciembre de 2019. Sin embargo, el peor daño aún no está hecho: todavía se puede hacer algo contra este ecocidio.

Por eso, te invitamos a firmar la petición para evitar esta depredación al sitio de anidamiento de las tortugas blanca y caguama, dos especies milenarias cuya extinción puede tener efectos catastróficos sobre los océanos, ya que son clave en la cadena alimenticia. No dejemos que México siga ocupando uno de los primeros lugares en extinción animal.

ecoosfera.com