LOS AGRICULTORES PRESERVAN SUS LEGADOS DE CULTIVO DE CAFÉ CON LA AYUDA DE LOS PROGRAMAS DE SEGUROS Y EL PLAN DE PENSIONES DE NESPRESSO.

La caficultora colombiana Alba María dice que no se imagina una vida sin café. «Cultivar café es el motivo de mi vida», añade. «Amo lo que hago, lo hago con el alma».

Alba María, que creció en la plantación de su familia en Aguadas, una comunidad andina dedicada al cultivo de café en la montañosa provincia de Caldas, aprendió desde pequeña a plantar y seleccionar el café. De niña, después de la escuela, su rutina consistía en ayudar a su abuelo en la plantación. Pero, ya de joven adulta, la promesa de más oportunidades laborales llevó a su familia de la Aguadas rural a la ciudad. La muerte de su abuelo hace 13 años hizo que regresase a la plantación, y al café.

«Todo lo que toca nuestras mejillas al despertarnos —el aire, las aves, el viento vibrante, el paisaje hermoso, la calidad de vida— son las razones por las que decidí volver al campo», afirma Alba María, cuyo sueño es poder traspasar algún día la propiedad de su plantación de café de dos hectáreas y sus 7.200 cafetos a su hija y su nieta.

Aunque tomar la decisión de volver a la plantación le resultó fácil, Alba María dice que la vida de un caficultor de Caldas no lo es. «Es un trabajo duro. El reto más difícil es conmigo misma, seguir adelante, decir “soy capaz, puedo hacerlo, puedo seguir haciéndolo”», explica. «Como agricultora, me preocupa el futuro. ¿Quién cuidará de todo esto que he cultivado con mis propias manos y por lo que he luchado a diario con sudor?».

Por suerte para Alba María, no tiene que enfrentarse al futuro sola. Como participante del Programa AAA Sustainable QualityTM de Nespresso e integrante de la cooperativa local de caficultores de Aguadas, cuenta con el apoyo del Programa Farmer Future de Nespresso. Este innovador programa ofrece a los caficultores prestaciones como un plan de pensiones y un seguro de cosechas.

Gracias al plan de pensiones —creado por Nespresso junto al Ministerio del Trabajo de Colombia, la cooperativa de café local, el proveedor de café Cafexport y Fairtrade International—, Alba María y su marido pueden ahorrar más para la jubilación. La iniciativa de Nespresso figura dentro del marco del programa Beneficios Económicos Periódicos de Colombia, o BEPS, un plan de ahorros voluntario del gobierno diseñado para personas sin ingresos suficientes como para acceder a una pensión. Además de los ahorros de jubilación del BEPS, Alba María, su marido y otros agricultores AAA de Aguadas que participan en el Programa Farmer Future de Nespresso recibirán una contribución adicional del gobierno que equivale al 20 por ciento de su contribución anual del BEPS cuando estén listos para jubilarse.

Nespresso ha invertido 5.400 millones de dólares en el Programa Farmer Future. Casi la mitad de esa suma se ha destinado a las pensiones. La cantidad restante se ha utilizado directamente para financiar la asistencia técnica y el apoyo de agrónomos a los agricultores AAA.

María dice que antes se preocupaba por lo que haría para ganarse la vida cuando ya no pudiera trabajar. Ahora, gracias al plan de pensiones de Nespresso y el BEPS, su futuro es más seguro.

Añade que «cuando me levanto y trabajo en estos campos, me pregunto qué ocurrirá cuando sea anciana. Pienso en cómo podré mejorar mi calidad de vida y la de mi familia, y tener una vejez más digna. Por eso intento ahorrar».

Con todo, mientras que ahorrar todo lo que pueda para la jubilación está bajo su control, los posibles impactos devastadores del cambio climático no lo están.

Las lluvias torrenciales, la sequía, las plagas invasoras y otros factores vinculados al clima en continuo cambio causan estragos en el café y provocan importantes pérdidas financieras. Estar cubierta por el Seguro de Cultivos del Programa Farmer Future, un programa indizado contra riesgos meteorológicos y creado por Nespresso y Blue Marble Microinsurance (con el apoyo de la Universidad de Colombia, Planet Guarantee y AgriLogic), implica que Alba María recibe pagos automáticos —sin necesidad de esperas ni papeleo— si se detecta por satélite un exceso de precipitaciones durante la delicada etapa de floración o sequía durante la etapa de desarrollo del grano. Las lluvias torrenciales pueden dañar las flores blancas del café, que no producen fruto. La sequía puede hacer que los granos dentro del fruto (cerezas maduras y rojas) estén deformes o sean de menor tamaño.

«Todas las generaciones de mi familia han sido caficultores y he criado a mi familia con esas raíces en mente», afirma. «Nuestra naturaleza es ser caficultores. Siempre nos hemos ganado la vida así. Creo que mi hija y mi nieta continuarán la tradición. No creo que nunca vayan a darle la espalda a la belleza de estas tierras».